Atilio Montalvo hijo se encuentra en México, donde tramita su estatus de refugiado debido a las amenazas sufridas por elementos de la PNC. En esta entrevista habla sobre cómo le ha cambiado la vida y cómo busca retomar su carrera profesional.
Han sido meses difíciles para la familia Montalvo desde que el 30 de mayo de este año Atilio Montalvo, exdirigente del FMLN y firmante de los Acuerdos de Paz (1992), fue capturado por presuntamente planificar atentados terroristas. Tras esto la familia ha buscado el camino legal para obtener medidas sustitutivas a su favor, aunque la lucha ha generado ya algunos daños.
Su hijo, también de nombre Atilio, tomó el rol de vocero ante la captura de su padre y recibió todo tipo de amenazas en redes sociales, pero también de agentes de la policía, según relató.
Sufrió persecución y pasó noches en diferentes lugares para evitar ser capturado. Pero todo se agravó y tuvo que irse a México. Ahí, entre tanta tensión y estrés por lo vivido, también ve la luz al retomar su carrera profesional y comenzar a escribir para destacar en la música.
¿Qué ha significado ara ustedes la captura de su padre, Atilio Montalvo?
Primero quiero decir que mi padre el año pasado enfermó y a inicios de este 2024 tuvo un infarto. Mientras lo cuidábamos, el 30 de mayo de este año y a dos días de la toma de posesión del presidente inconstitucional que tenemos (Nayib Bukele), él fue buscado por la Policía y sacado de su casa, se lo llevaron y no lo volvimos a ver. De eso han pasado seis meses y sigue preso. A partir de ahí, por el contexto político que está viviendo el país, todos tenemos temor por la familia, trabajos, la seguridad, por el tema del régimen de excepción que hace que se nos hayan suspendido derechos como ciudadanos.
¿Se sintieron amenazados?
Uno corre peligro, así de fácil y dentro de ese contexto me puse como el vocero de mi familia. Suspendí toda actividad laboral. Tenía un show en el centro de San Salvador y estaba tramitando una publicidad para Centroamérica, proyectos grandes y los tuve que suspender y dedicarme a ser el vocero de mi papá.
¿Por qué te fuiste del país?
Cuando empecé a salir en los periódicos y redes sociales nos empezaron a perseguir carros polarizados, los agentes de la policía nos empezaron a fotografíar y me llegaron a decir cosas como "mirá muchacho, ya te vimos en las redes, lo mejor se que te vayas del país porque si no te vamos a llevar a vos también".
Mi papá se fue poniendo peor de salud y la cosa se puso invivible. Dormía en casas diferentes, acá, allá, donde me sentía en confianza, tenía diferentes teléfonos y andaba con bajo perfil, lo cual para un artista es imposible.
Me mancharon mi nombre, me pusieron en la lista negra y llegó a cierto punto que el acoso era tal que no dormía, no comía, no tenía trabajo, sentía que en cualquier momento me llevaba la policía. Recibí amenazas de captura, contra mi mamá y miembros de mi familia.
¿La policía te amenazó de capturarte?
Uno sabe cuando es un fanático y cuando es alguien que es autoridad. En dos ocasiones los agentes (de la PNC) me identificaron. Tengo tatuajes, mi forma de vestir es particular para el país, pero me vieron y en dos ocasiones me dijeron: "Te recomendamos que te vayas del país, así no te metés en problemas". La última vez que me amenazaron los policías compré el pasaje y me vine a México.
¿Cómo está tu situación en México?
Los primeros meses fue de estar rebotando en casas de amigos, luego busqué asilo político por varios medios y con el pasar de los meses llegué a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y ahí estoy haciendo mi trámite. Esta semana tuve mi primera entrevista que me tomaron el caso como violación a los derechos humanos, por tener temores fundados hacia mi integridad física, mi seguridad y la de mi familia. Voy avanzando con eso y parece que va todo bien.
¿Cómo tomó tu familia tu salida del país?
Mi familia desde el primer día que mi papá está preso me dijeron que me fuera, porque me llamo igual que él. Desde ese día, sobre todo mi mamá y mi abuela, me dijeron que me vaya. Estaba aguantando y sosteniendo la situación. Todo el mundo ha tenido un bajo perfil, todos quieren estar en su país, nadie se quiere ir.
¿Cómo ves la situación de tu padre?
A nivel histórico, mi familia siempre ha sido perseguida por sus ideologías, a mi abuela le pusieron una bomba los militares en los ochenta. Hemos sido históricamente perseguidos por los gobiernos dictatoriales porque siempre hemos defendido la libertad.
Organizaciones sociales han reclamado que se trata de un tema político, como otros, por ejemplo, el de los líderes comunitarios de Santa Marta...
Es un caso importante el que mencionas, el de Santa Marta, para las personas que hemos sufrido por el régimen de excepción. Es donde se ve la manipulación y falta de debido proceso en El Salvador. Estaba contento cuando el juez dio la absolución de Santa Marta, pero al ver la intención del Gobierno en apostarle a la minería me puse triste, porque es un retroceso grande y otro obstáculo para los derechos de libertad de expresión, porque los líderes están ejerciendo su derecho y por eso están siendo perseguidos.
¿Cómo llevas tu carrera en un contexto como el que estás pasando?
Después de pasar el peor mes de mi vida, la peor experiencia de mi vida, me deprimí, viví un nivel bastante alto de miedo, pero me lo pasé escribiendo en un cuaderno. Un día me levanté y compuse una canción sobre la situación que estamos viviendo.
Ya estando acá (en México) es de empezar a exorcizar todas las emociones. O me tiraba a la lona y me volvía loco, o transformaba las voces de mi cabeza en algo más tangible, positivo y desde que puse un pie en México dije que no iba a dejar de escribir y salieron un montón de canciones. Empecé a encontrar amigos para ayudarme a producir, grabar, hicimos un video con otra gente, personas que se han solidarizado conmigo.
Cuando pasan cosas horribles, tenés la opción de rebajarte y pasar cosas feas porque uno puede convertirse en un monstruo también. Está la opción de dar el salto cuántico espiritual, de dar un mensaje para que las cosas vayan cambiando y ser parte de un proceso de cambio de conciencia en la sociedad.
¿Cómo será tu trabajo para reflejar la sociedad salvadoreña o la situación de tu familia?
Tengo mucho tiempo observando a la sociedad salvadoreña y uno se va dando cuenta que los horrores que vivimos es un reflejo de nuestra cultura. El que estemos conformes con este gobernante que tenemos habla de todos nosotros. No es que me voy a poner a hablar de algunas cosas, no son cosas de ideología, para mí el arte está por encima de la política. Uno escribe desde el corazón, al final cada quién interpreta como quiere. Da la casualidad de que mi realidad es bastante universal.
¿Tienes proyectos en mente?
Tengo años de tener bandas, tuve dos proyectos que considero exitosos como son Cartas a Felicia y Boca Colorada, más al estilo colectivo de músicos. Me proyecto más como solista porque al final uno es de la circunstancia y me voy acomodando, espero sacar mi álbum a inicios del próximo año, de momento se llama "Incendios Planificados", ya hay varias canciones en cola, van desde las emociones que me han provocado esta gran ruptura en mi línea de tiempo que ha sido la violación de los derechos humanos de mi papá.
¿Cómo sobrevives en México?
De momento estoy tocando en restaurantes, en bares, tratando de retomar la publicidad, que yo también hago música para publicidad, para calmar las aguas. Ahorita se van abriendo nuevos contactos. Mis fines de semana han sido de ir a shows y conocer gente. La respuesta ha sido buena. Soy optimista, pero es comenzar prácticamente de cero en un lugar donde nadie te conoce, no hay que ahuevarse. México es un referente cultural. Un día fui a tomarme un café y estaba Café Tacuba; aquí es donde hay que estar. La barra está muy alta.
Me hubiera gustado estar acá cuando tenía 21 años, pero toda la experiencia y la cancha que me ha dado abrirme camino en El Salvador me está sirviendo un montón. Hay que profesionalizarse en su propio arte. Mi referente es Charly García, luego (Luis Alberto) Espinetta en Argentina, sobre la dictadura argentina en los setenta, como que he encontrado paralelismos con el momento que se vive en Salvador. En México: Café Tacvba, Molotov, Natalia Lafourcade, David Aguilar... Me duele en el corazón no estar en El Salvador, no solo por mi familia, me encantaba dar shows allá, ojalá algún día me dejen tocar y hacer un show en paz allá.
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