
Las zonas rurales que rodean la periferia de Portland se han convertido en lugares llenos de campamentos de adictos, al igual que en la zona costera.
La adicción a las drogas, como el fentanilo y los opioides, es una lucha constante en diversas ciudades de Estados Unidos, las cuales tratan de frenar la venta y consumo de estas sustancias.
En el noroeste del país, varias zonas enfrentan una crisis de adicciones, desempleo y pobreza, por lo que corren el riesgo de convertirse en pueblos fantasma.
En Oregón es evidente la crisis de consumo de drogas. En este estado, el condado de Yamhill y el de Multnomah, en donde se encuentra la ciudad de Portland, son algunas de las localidades que enfrentan un aumento de personas sin hogar y desempleados, quienes presentan adicción a sustancias como el fentanilo y los opioides, según destaca un reportaje de Fox News.
“Tenemos una crisis entre manos, y eso es fácil de ver”, explica la representante republicana Lucetta Elmer, haciendo referencia a los campamentos visibles en la autopista I- 5 y en Portland, en donde la gobernadora, Tina Kotek, declaró una emergencia de fentanilo. La demócrata ha presentado un plan de acción para revitalizar la ciudad, que incluye programas de limpieza, reforzar las fuerzas policiales y la suspensión por tres años de nuevos impuestos.
“Tenemos drogas que proliferan y vemos el consumo público de drogas a diario”, dijo Lucetta Elmer. “Hay personas sin hogar y basura por todas partes. Es inseguro y antiestético, pero también desgarrador porque, literalmente, nuestros conciudadanos están muriendo”, considera la republicana, quien dijo que las mismas acciones que se están aplicando en Portland son necesarias en el resto del estado.
Tan solo en Oregón e Idaho, el número de pastillas de fentanilo incautadas por la policía, aumentó de cerca de 100,000, en 2019, a más de 3.600,000, en 2023, según reportan datos preliminares la Zona de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas (HIDTA, por sus siglas en inglés). Esta misma organización registró que incautó más de 180 kilos de polvo de fentanilo el año pasado.
“Las drogas no distinguen entre un consumidor del centro de Portland y otro de la zona rural del condado”, dice Sam Elliot, sheriff del condado de Yamhill, quien considera que la descriminalización del uso de drogas, derivado de la Medida 110, aprobada en 2020 y puesta en marcha en 2021, eliminó los tribunales de drogas, los cuales eran una de las principales barreras de contención de la crisis.
Las zonas rurales que rodean la periferia de Portland se han convertido en lugares llenos de campamentos de adictos, como pasa a lo largo de la costa. “No hay nada ahí fuera”, explica el oficial. “Las personas no están acampando. No viven allí. Están allí específicamente para fumar pastillas”, agrega el representante de Yamhill.
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