
A pesar de que los exámenes médicos salían normales, el adolescente de 14 años fue diagnosticado con influenza B, la cual provocó una falla total de su organismo y terminó ocasionándole la muerte horas después.
Hace cinco meses, la vida de Inês Custódio, una analista contable de 45 años residente en Resende, Río de Janeiro, Brasil, cambió para siempre. Su único hijo, Samuel, de 14 años, falleció repentinamente tras una rápida complicación de lo que inicialmente parecía una gripe común.
El adolescente comenzó con síntomas leves, pero en cuestión de horas su estado de salud se deterioró gravemente, presentando dolor en el pecho y dificultad para respirar.
El miércoles por la mañana, Samuel no pudo asistir a clases, por lo que su madre lo dejó en casa de su abuela mientras ella iba a trabajar. Horas después, el adolescente manifestó molestias en el pecho, lo que llevó a su madre a trasladarlo de inmediato al hospital. Allí, los exámenes confirmaron la presencia del virus de influenza B.
Inicialmente, los estudios médicos no mostraban complicaciones severas. "Tenía mucha secreción, pero la auscultación y la radiografía eran normales", explicó la madre. Luego de recibir medicación, regresaron a casa.
Sin embargo, la fiebre y el dolor en el pecho persistieron, obligándolos a volver al hospital. Esta vez, una tomografía computarizada tampoco arrojó señales de alarma.
Durante la madrugada, Samuel se sintió peor. Alrededor de las 4 a. m., expresó con angustia: “Mamá, me voy a morir”. Pese a sus palabras, su madre intentó tranquilizarlo mientras lo trasladaban nuevamente a la clínica. En el hospital, los médicos lo sometieron a diversos procedimientos, pero su estado continuó empeorando rápidamente.
Los médicos decidieron ingresarlo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde fue intubado al mediodía del jueves. Su madre recuerda el momento con incredulidad: “Confieso que no parecía real, pero me mantuve firme, porque sabía que siempre tendría que ser fuerte para ayudarlo en los momentos más difíciles”.
A pesar de los esfuerzos médicos, su organismo comenzó a fallar. Al día siguiente, viernes 18, Samuel presentó insuficiencia orgánica múltiple.
Intentaron realizarle una transfusión de sangre para estabilizarlo, pero no respondió al tratamiento. A las 5:44 p. m., tras 48 minutos de intentos de reanimación, falleció.
Samuel disfrutó de un campamento escolar a principios de octubre para celebrar su graduación de noveno grado. El viaje, que tuvo lugar entre el 6 y el 9 de ese mes, fue descrito por él como “el viaje de su vida”. Sin embargo, pocos días después de regresar, su salud comenzó a deteriorarse.
El 13 de octubre, su madre, Inês Custódio, notó los primeros síntomas de un resfriado: congestión nasal, tos y fiebre. Con el paso de los días, los malestares no cedieron, por lo que el martes decidió llevarlo a urgencias. Luego de realizarle pruebas de Covid-19 e influenza, se confirmó que tenía influenza B.
La madre de Samuel asegura que, pese al inmenso dolor, encontró fortaleza en su fe. “Sé que lo volveré a encontrar”, expresó. Durante el velorio, que se realizó con el ataúd sellado, brindó consuelo a los amigos y familiares que acudieron a despedirlo.
“En lugar de lamentarme por lo que ya no tendré, alabo y doy gracias por lo que viví con él. Fueron casi 15 años de mucho amor, complicidad y compañerismo. El amor trasciende este mundo limitado. Él siempre fue muy sencillo, dedicado, servicial, amable. No hay palabras que puedan expresar lo especial que fue, sigue siendo y siempre será para mí.”, manifestó Custódio.
Según su madre, Samuel no había sido vacunado contra la influenza, ya que estaba resfriado durante la campaña de inmunización. “La tomografía computarizada salió normal y, de repente, en 12 horas, el pulmón desapareció. No respondió a nada de lo que se hizo”, relató.
El infectólogo y pediatra Renato Kfouri, de la Sociedad Paulista de Pediatría, explicó que, aunque la gripe suele ser una enfermedad leve, en algunos casos puede derivar en complicaciones fatales.
“El mayor riesgo se presenta en adultos mayores, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas, pero una de cada cuatro muertes ocurre en in.
Según el infectólogo, una de las formas más efectivas para evitar que los casos se agraven es la vacunación. La vacuna contra la gripe protege contra la influenza A y B, que son responsables de las epidemias estacionales, siendo el virus de la influenza A responsable de las principales pandemias, informó el Ministerio.
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