Son 1,135,635 personas que ahora tienen entre 40 y 54 años y que en los próximos años cumplirán la edad mínima para jubilarse. Sin embargo, solo uno de cada cuatro podrá recibir pensión.
El nuevo censo de población 2024 arrojó un dato importante para el sistema de pensiones nacional: según las estadísticas, en El Salvador hay 1,135,635 personas que ahora tienen entre 40 y 54 años y que, por ende, se acercan a la edad de retiro.
Las más próximas son un grupo de 193,331 mujeres que al momento del censo tenían entre 50 y 54 años, y que en los próximos cinco años cumplirán la edad mínima de 55 para tramitar su jubilación.
El grupo de los hombres tardará cinco años más, pues, según la ley, su edad mínima de jubilación inicia a los 60 años.
El censo indica, además, que hay 1,190,710 personas que actualmente tienen 55 años o más, lo que significa que han cumplido la edad mínima de jubilación o ya están pensionadas. De este grupo 680,874 son mujeres (57 %) y 509,836 son hombres (43 %).
Sin embargo, no es nada alentador, pues según estudios, solo una cuarta parte de todas estas personas que van envejeciendo tendrán ingresos por una pensión en el futuro, debido a que las condiciones laborales de la población se mantienen y la gran mayoría no logra cotizar.
Un diagnóstico elaborado por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (FUNDAUNGO), indica que, en promedio, solo uno de cada cuatro trabajadores cotizan al sistema de pensiones, por lo que el resto tendrá que seguir trabajando o depender de los ingresos de otro familiar cuando ya no puedan laborar.
Para el economista e investigador Carlos Argueta, “lo que vamos a tener será una población adulta mayor que estará propensa en la etapa de vejez. Nos estamos volviendo una población mayor y los sistemas de pensiones parecieran que no están respondiendo a esta exclusión.
Esta baja cobertura no se ha logrado mejorar pese a las reformas al sistema.
“Las reformas al sistema de pensiones han hecho muy poco para cambiar esta dinámica de baja cobertura”, dijo Argueta.
Dinámica laboral
Según el economista, los datos del censo deberían alertar sobre un mercado laboral que no ha cambiado en los últimos años, además de las necesidades que irán surgiendo cada vez más y que requerirán más recursos pues la población es más longeva.
“La población en El Salvador ha pasado por un proceso de envejecimiento y por una etapa de longevidad. Ahora, los adultos mayores duran más tiempo. Esto supone importantes desafíos para el sistema de pensiones porque desde ya deberían estar proyectando que este envejecimiento va a continuar en los próximos años y se van a demandar más servicios de salud, pensiones, y otros asociados a la vejez”, señaló.
Para Argueta, hoy por hoy muchas personas siguen teniendo trabajos volátiles que no les garantizan cotizar para una pensión. Y aunque cotizaran, la pensión que les entregarían sería mínima para las necesidades que se tienen en la etapa de vejez.
“El sistema de pensiones no se está adaptando a esta dinámica demográfica que el censo nos muestra”, añadió.
El último dato publicado por la Superintendencia del Sistema Financiero en abril de 2023, indicaba que habían 3,953,160 afiliados al sistema, pero de ellos, solo 856,141 personas cotizan regularmente. Eso significa apenas un 21.6 % tiene la posibilidad de tener un ingreso cuando ya no tenga un empleo formal.
No obstante, solo una de cada seis personas adultas mayores cuenta con una pensión por vejez, contributiva o no contributiva. “El 25 % está cotizando, pero solo la sexta parte de la población adulta mayor logra pensionarse”. Hay personas que logrando cotizar eventualmente, llegan a la edad de retiro y no logran cumplir los 25 años cotizados y deben continuar trabajando”, afirmó.
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