El Banco Central de Reserva informó que el Producto Interno Bruto al tercer trimestre fue de - 10.2 %, lo que significa que la economía ha entrado en un proceso de recesión.
El Banco Central de Reserva (BCR) dio a conocer que el Producto Interno Bruto (PIB) correspondiente al tercer trimestre de este año (julio a septiembre) tuvo una variación de - 10.2 %, con lo que acumula un segundo trimestre con cifras negativas.
En el primer trimestre de 2020, tuvo un crecimiento de 0.8 % y en el segundo trimestre cayó -19.22 %. Oficialmente, se considera que existe recesión en un país cuando la tasa de variación del PIB es negativa durante dos trimestres consecutivos.
Estos ciclos económicos suelen conllevar una disminución del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios. Lo cual provoca, a su vez, que se despidan trabajadores y, por tanto, aumente el desempleo.
Cabe recordar que la última vez que la economía salvadoreña entró en recesión fue desde finales de 2008 hasta principio de 2010, como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria internacional que se conoció como la "crisis subprime".
Ya desde octubre, diversos analistas habían dicho a LA PRENSA GRÁFICA que consideraban que la economía salvadoreña entraría en recesión este año debido a la crisis por la pandemia de covid-19.
“Nuestras estimaciones indican que este último trimestre seguiríamos en recesión económica. Pareciera que cuando se habla de recesión económica se le estuviera deseando un mal al país, hay recesión y es normal en un mundo en el que hemos estado expuestos a una pandemia”, manifestaba en su momento Waldo Jiménez, gerente económico de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
Esto debido a que algunos indicadores económicos habían dado señales de comportamiento negativo previo. Así, por ejemplo, el Índice del Volumen de Actividad Económica (IVAE) tocó su punto más bajo en mayo de este año (-21 %), lo que es incluso menor al -7.6 % que se tuvo en 2010, luego de la crisis económica internacional. A septiembre, este alcanzó el -8.1 % lo cual indicaba que luego de la reapertura económica no se había alcanzado los niveles prepandemia de covid-19 (2.7 % en febrero).
Pedro Argumedo, investigador del Departamento de Estudios Económicos de FUSADES, calificaba como “muy lento” el proceso de recuperación de la actividad económica, que comenzó en junio con la reapertura parcial y luego en agosto con la total.
Esto se puede ver en el índice mensual de ventas que elabora el tanque de pensamiento. El punto más bajo se reporta para el segundo trimestre, en el cual se registró un saldo neto negativo de –67, producto de que el 72 % de las empresas entrevistadas respondieron que sus ventas fueron más bajas, mientras que solo 5 % las consideró más altas, con respecto al mismo período del año anterior.
Durante el tercer trimestre, si bien el indicador se hizo levemente menos negativo, llegando a –53.6, es todavía más bajo que el punto alcanzado en 2009 (-51).
Pero no solo el indicador de ventas se ha contraído, sino también el margen de utilidad que logran las empresas (-38), mientras que el indicador de mora de sus clientes se ha incrementado considerablemente (35.3).
“Es decir, las empresas están teniendo dificultades para vender sus productos o servicios y al mismo tiempo están teniendo dificultades para cobrar”, señala el informe de FUSADES.
Recientemente, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) dijo en sus proyecciones económicas ajustadas de crecimiento del PIB para este año que la economía latinoamericana caerá un -7.7 % este año, la proyección en julio estimaba una caída arriba del 9 %. En el caso de Centroamérica la baja será de -8.5 %, el país que mostrará un peor desempeño es El Salvador con una caída del -8.6 % (a excepción de Panamá que bajará un 11 %).
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