Es la tasa de crecimiento más baja registrada en una década. Estudio del BID señala que es la más baja de Centroamérica, exceptuando Panamá y se debe al menor ritmo de la migración.
Las remesas que llegan a América Latina crecerán este año un 5% proyecta el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que presentó el estudio “Las remesas a América Latina y el Caribe en 2024, disminuyendo el ritmo de crecimiento”.
Según el análisis y con los datos al tercer trimestre, el crecimiento es mucho menor al observado en los años anteriores y es una señal de “la ralentización del ritmo de crecimiento de estos flujos”, ese 5% de este año sería la tasa de crecimiento más baja de la década.
“Esto pareciera responder a un mercado laboral para los migrantes en el exterior con menor crecimiento que el año pasado, así como a una mejora relativa en las economías de los países receptores, en especial de Centroamérica y de México”, reza el estudio.
Para el caso de Centroamérica que recibe el 28.4% de las remesas que llegan a América Latina, el BID espera que el crecimiento de la recepción de las remesas alcance un 6.6%, “poco más de la mitad de la observada en el año previo”; eso implicaría la llegada por $45,700 millones.
El país con mayor crecimiento en el primer semestre fue Nicaragua, con 11.5% y el de menor crecimiento Panamá y El Salvador, con 0.3% y 1.3%, respectivamente. En el caso de El Salvador, según el BID se debe “a la disminución de la migración salvadoreña que se observa en los últimos años”.
Los datos del Banco Central de Reserva, señalan que el crecimiento de enero a octubre es el más bajo en más de una década; el crecimiento acumulado en el año es de 1.74%. El año pasado en el mismo periodo fue de 5.02%, en 2022 de 3.65%; en 2021 fue de 30% e incluso el crecimiento acumulado fue mayor en 2020 cuando llegó a 2.44%. La última vez que se registró un crecimiento más bajo (recientemente) fue en 2013 cuando llegó a 1.03%.
Este año el BCR registra que hay tres meses con crecimientos negativos como enero (-0.36%), marzo (-4.85%) y junio (-3.67); y el único mes que creció a doble dígito fue abril (11.37%).
“Otros factores que contribuyen a este crecimiento más lento, en especial para los países de Centroamérica, México y el Caribe, es la recuperación económica de sus economías, que disminuyeron en algo las necesidades de las familias receptoras en estas subregiones”, recalca el BID.
El estudio del BID señala que el flujo de migrantes centroamericanos a Estados Unidos creció 5.6% en el año y que el mercado laboral ya volvió a los niveles previos a la crisis con tasas de empleo del 95.2% (el mismo nivel de 2023) y una tasa de desempleo del 4.8%; mientras que el salario promedio semanal rondó los $891. un 2.2% más que en 2023 y es el más alto de los últimos 18 años.
“El crecimiento del salario promedio en 2024, así como el menor crecimiento de la fuerza laboral empleada, significó un crecimiento moderado del ingreso consolidado de todos los migrantes, lo que, aunado al menor crecimiento migratorio de migrantes provenientes de algunas regiones, explican en gran parte la desaceleración observada en el crecimiento de las remesas que recibieron los países de la región, en especial aquellos de la región centroamericana y de México cuyo principal origen de las remesas es Estados Unidos”, reza el estudio.
Según el BID las remesas hacia la región pueden representar entre el 6.0% al 23.2% de los ingresos de los migrantes “dependiendo del país de origen”.
“Estos envíos se mantenían estables durante los primeros 15 años de permanencia en el extranjero, pero como proporción del ingreso, se observa que estos significan cada vez menos a partir de los primeros dos años, debido a que los ingresos suelen crecer en esta etapa, mientras los montos de remesas permanecerían constantes”, explica el estudio que hace una diferenciación de los montos que envían los hombres y las mujeres y detallan que en este caso de las mujeres “el porcentaje de su ingreso que dedican al envío de remesas se mantiene relativamente estable en el tiempo, reduciéndose muy poco en los primeros 20 años”.
Asimismo, varía según la edad del migrante a quién están dirigidas las remesas; por ejemplo para los menores de 45 años un 60% asegura que envía los fondos a su madre.
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