El centro escolar está en pésimas condiciones y los padres temen que suceda un accidente. Han pedido ayuda al MINED, pero no han recibido respuesta. Además, el lugar carece de agua potable, otro de los problemas.
A 40 minutos de Nueva Concepción, Chalatenango se encuentra el caserío Zamora, perteneciente al cantón Potrero Sula. La carretera para llegar a este lugar no está pavimentada y los conductores sortean piedras de todo tamaño para no derrapar.
El calor es sofocante. Caminando, en medio de las viviendas y hasta el final se encuentra el Centro Escolar Caserío Zamora, la única escuela de la comunidad donde asisten 32 estudiantes y la cual prácticamente está cayéndose.
El edificio presenta paredes agrietadas, el cielo falso se ha despegado del techo, la pintura está corroída, no tienen agua potable y, además, los alumnos no tienen un espacio adecuado para el recreo. Solo una maestra, que es a la vez la directora de la institución, atiende a los estudiantes desde primero hasta séptimo grado.
Las madres de los alumnos han presionado desde hace al menos 10 años para que el Ministerio de Educación (MINED) llegue a la comunidad e intervenga la escuela. Han denunciado la precariedad en la que sus hijos reciben las clases, pero no han obtenido respuesta.
“Se han mandado montones de cartas pero no responden, creemos que quizás la echan al basurero, hemos pedido otro maestro y que vengan a arreglar la escuela pero no hacen nada”, se quejó Martina, una de las madres de los estudiantes quien pidió no revelar su verdadero nombre.
Por ahora solo un salón está en uso en la escuela, mientras que otras áreas han sido clausuradas por representar un peligro para los menores.
“Gracias a Dios no ha pasado ningún accidente. Aquí (donde se ha caído el cielo falso) se mantiene una cinta amarilla, pero como los niños son bien inquietos, ya la quitaron. Solo aquel salón se usa donde reúnen a todos los grados y la dirección”, comentó Iris (nombre ficticio), otra de las madres de los alumnos.
Según testimonios de las madres, hace aproximadamente 10 años se ordenó la demolición de una parte de la escuela donde estaba la dirección de la institución, debido al riesgo que ocurriera un derrumbe, pues la escuela está cerca de un talud; sin embargo, las instalaciones no fueron reconstruidas. Algunas aulas fueron cerradas y se colocó cinta amarilla para evitar que los menores ingresaran a ellas.
Ante las malas condiciones de la escuela del caserío Zamora, varios padres se vieron obligados a trasladar a sus hijos a otras centros educativos de la zona, como el Centro Escolar Cantón Pañanalapa. No obstante, esta opción representa un problema para muchas familias, ya que el recorrido hasta la institución toma entre 20 y 30 minutos caminando.
También, las madres expresaron que durante la época lluviosa los caminos suelen inundarse, lo cual representa un peligro para los menores.
Por eso las madres prefieren el centro escolar del caserío Zamora, pues está a solo unos cuantos pasos de las viviendas. Tienen la plena confianza que los menores se desplacen solos, sin el peligro que implica alejarse varios kilómetros.
“Nosotros nos sentimos afectados porque habemos madres que tenemos tiempo para estar yendo allá (Centro Escolar Cantón Pañanalapa), pero hay otras que no. Imagínese yo con tres niños y para estar mandando a los chiquitos hasta allá es muy riesgoso”, señaló Fernanda (nombre ficticio).
Las madres también dijeron estar preocupadas por la seguridad de sus hijos en la escuela, sobre todo cuando llegan las lluvias, pues las filtraciones en los techos ha dañado más la infraestructura y aumenta el riesgo que ocurra un accidente, pues comentaron que temen que un pedazo del techo caiga sobre un alumno.
El jueves 20 de marzo, LA PRENSA GRÁFICA envió un correo electrónico al ministro de Educación, José Muaricio Pineda, donde se le comentó de las denuncias de la comunidad del caserío Zamora y se le consultó cuándo iniciarían las reparaciones. No hubo respuesta.
El 20 de marzo, el ministro Pineda participó en un seminario web organizado por el Instituto Centroamericano de Administración Pública (INCAP).
El funcionario dijo que bajo el programa “Mi Nueva Escuela” hay 180 centros educativos que han sido reparados o están en proceso de reparación, además mencionó que el 70 % de estos requieren intervención debido a “décadas de abandono”.
Además de escuelas en mal estado, también hay cierres. Según el último reporte del Frente Magisterial Salvadoreño (FMS), al 7 de febrero, contabilizó 44 centros educativos cerrados a nivel nacional, lo que ha obligado a alumnos a trasladarse a otras instituciones que quedan lejos de sus viviendas.
A inicios de marzo, maestros dijeron que temen que el cierre de escuelas provoque ausentismo.
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