Si bien administrados, los influencers son un medio complementario efectivo para llegar a nuevas audiencias, y una herramienta que aporta credibilidad y confianza en las marcas, generando contactos e incrementando las ventas.
Las redes sociales son terreno fértil para la “profesión” del momento: Social Media Influencers, o como muchos prefieren llamarse, “creadores de contenido”. Entre más horas pasamos pendejeando en FB, IG y Tiktok, más bolas hacen estas “súper estrellas”, y más cipotes aspiran a convertirse en una de ellas.
57% de los gringos que tienen entre 12 y 27 años (Gen Z), dicen querer ser celebridades sociales para ganarse la vida. Convertirse en fashionistas, foodies, travelers, fitness, gamers, o demás, para postear contenido adictivo y disfrutar los unboxing y regalías que les brindarán las marcas a promover.
No es una mala idea. Durante el último quinquenio, según The Economist, las empresas en USA han triplicado su inversión anual en influencers, ahora $ 7 billones. Tampoco es mala idea pues, en una reciente encuesta, 86% de las marcas globales planean incluir influencers en su marketing mix de 2025 (hace 5 años 27% lo hacían).
Es que, si bien administrados, los influencers influyen en nuestra decisión de compra, principalmente en la Gen Z (1995- 2012), pero también en Milennials (1981-1994), Gen X (1965-1980) y Boomers (1945-1964). El sábado almorcé unas empanadas argentinas que me recomendó carolsandoval_; “no estaban tan buenas” se queja la lorita Pepita.
Si bien administrados, los influencers son un medio complementario efectivo para llegar a nuevas audiencias, y una herramienta que aporta credibilidad y confianza en las marcas, generando contactos e incrementando las ventas. Chinguilín.
Alcanzar el éxito digital ($) no es cuestión de soplar y hacer botellas: Menester es construir una comunidad de seguidores activos (calidad mejor que cantidad); ponerle coco a profesionalizar la creación de contenido; profundizar, sin abusar, su presencia en las redes (no tenerle miedo a TikTok), y trabajar con los que más conocen las marcas: los equipos de Influence Relationship Management (IRM) de las agencias de publicidad.
Algunos de estos equipos, aprovechan herramientas que hacen el match entre las marcas y los influencers, y una vez implementada la estrategia, evalúan el alcance, la resonancia y relevancia del contenido, analizando el “engagement rate”, el “reach”, el “interaction rate”, el número de personas que reaccionaron con “likes”, “comments”, y “shares”, y demás métricas que dan garantía a la inversión.
Ojo que la competencia es intensa; los influencers se están multiplicando como cuyos. Se estima que hay 50 millones en el mundo, creciendo 20% per annum. Ante esta proliferación, existe el riesgo de consumidores que no se dejen influenciar.
Además, los influencers de carne y hueso están amenazados por los nuevos influencers virtuales, con contenido pro, generado en cuestión de minutos, por la inteligencia artificial. No es paja, les presento a fit_aitana, influencer virtual de fitness y gaming, quien logró 330k seguidores (en IG) en tan solo una semana. Síganla.
Estos influencers virtuales nunca envejecerán, ventaja competitiva ante los humanos que, tal jugadores de futbol, tienen una anticipada fecha de expiración. Realidad que debe considerar ese 57% de aspirantes a celebridades sociales, y debe impulsar a los influencers actuales a buscar fuentes alternativas de ingreso.
Para seguir influenciando nuestras decisiones de compra, tanto las marcas como los content creators deben aliarse con los expertos en IRM, y encontrar y mantener el balance entre generar ingresos y cautivar a sus seguidores, con contenido apropiado y auténtico, que no parezca publicidad. Solo así lograran endulzar la melodía de muchas cajas registradoras. Chinguilín.
“Yo quiero ser influencer” se escucha desde el patio. Vos no lorita, estás muy ruca y, además, sos mal hablada y perveerrsaaaa….
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