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Rumbo a la igualdad entre hombres y mujeres para una vida mejor

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¿Sabías que la pobreza afecta mayoritariamente a las mujeres? Por cada 100 hombres pobres en América Latina y el Caribe, hay más de 120 mujeres pobres. De acuerdo con el Perfil Regional de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, en la región 58 millones de mujeres viven en zonas rurales, de las cuales en promedio solamente el 30% posee tierras agrícolas. 
Sobre esto, informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) explican que, en general, las tierras agrícolas que poseen las mujeres son parcelas más pequeñas, de menor calidad y en condiciones más inseguras, y apenas el 5% tiene acceso a asistencia técnica. A esto se suma que muchas enfrentan dificultades para ejercer la propiedad de la tierra que cultivan y utilizar los recursos naturales, incluida el agua, para regar sus campos. 
Por otra parte, en 2023 Mesoamérica registró la mayor brecha de género en seguridad alimentaria: 5,8 puntos porcentuales para la inseguridad alimentaria moderada o grave, y 1,3 puntos porcentuales para la inseguridad alimentaria grave (FAO, 2023). Evidenciando que las mujeres están un par de pasos atrás en ese camino hacia la igualdad sustantiva.

Es por ello que, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, la FAO recuerda que transitar hacia sistemas alimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles significa lograr el acceso de todos los grupos poblacionales, incluyendo las mujeres y las niñas, a alimentos adecuados, inocuos y nutritivos, garantizando que se satisfagan sus necesidades nutricionales hacia una vida mejor.
No podemos erradicar el hambre y la pobreza sin tener en cuenta los desafíos que implica la igualdad de derechos para todas las personas.  
Para lograrlo es fundamental promover la participación plena, igualitaria y efectiva de ellas y ellos en los procesos de toma de decisiones, en todos los niveles, y garantizar la igualdad en el acceso y control de recursos productivos indispensables como la tierra, el agua, los bosques y otros.
Este año 2025, en el que nuestra Organización cumple 80 años desde su fundación, vale la pena mencionar que la FAO ha acompañado a los Gobiernos Nacionales en la implementación de programas y proyectos que contribuyen, de manera transversal, al reconocimiento de las mujeres como agentes de cambio y creadoras de resiliencia en la lucha contra la pobreza, el hambre y la malnutrición en sus hogares, en sus localidades rurales, comunidades indígenas y a nivel nacional.  
Estas iniciativas promueven la creación de un entorno favorable tanto para los hombres como para las mujeres del medio rural principalmente, mediante el fomento de una gobernanza adecuada y la mejora de las capacidades para diseñar marcos jurídicos y normativos, políticas sectoriales y programas que brinden igualdad de oportunidades para todos y todas.  
El objetivo común es lograr una producción agrícola sostenible y el desarrollo rural para erradicar el hambre y la pobreza para todas las personas por igual.
En este sentido, la FAO sostiene que, al aumentar las oportunidades de las mujeres y hombres, de manera equitativa, y mejorar su motivación y productividad, se logran mayores niveles de seguridad alimentaria y nutrición y, por lo tanto, a una agricultura más sostenible, y familias agricultoras más resilientes a los cambios del clima. 
Sobre este último tema, el reciente informe de la FAO (2024) “El clima injusto” indica que cuando se producen fenómenos meteorológicos extremos, los hogares encabezados por mujeres pierden una parte considerablemente mayor de sus ingresos que los hogares encabezados por hombres.
Un día de temperatura o precipitaciones extremas se asocia con unas reducciones del 1,3 % y del 0,5 %, respectivamente, de los ingresos totales de los hogares encabezados por mujeres, en comparación con las que experimentan los hogares encabezados por hombres. 
Esto se traduce en una brecha de los ingresos anuales del 8 % debido al estrés térmico y del 3 % a causa de las inundaciones, en comparación con los hogares encabezados por hombres.
La razón por la cual los fenómenos climáticos impactan de manera más grave a las mujeres es porque ellas no cuentan con garantías como tierra, autonomía económica, acceso a financiamiento, acceso a tecnologías, entre otros que limitan su capacidad de resiliencia.
Es por ello que la FAO ha señalado que un aspecto crucial en el que deben centrarse las políticas y los programas es contribuir a que, tanto las agricultoras como los agricultores, apliquen medidas adaptativas que se traduzcan en mejoras significativas de sus sistemas agrícolas. 
En este Día Internacional de la Mujer, y en el marco de los 365 días de acción del 80 aniversario de la FAO, reiteramos la importancia del papel de las mujeres y hombres por igual, como productoras y productores, y como suministradores de alimentos, así como su decisiva contribución a la seguridad alimentaria de los hogares en todo el mundo.
Adoniram Sanches es Coordinador subregional de la FAO en Mesoamérica; y Verónica Chicas es especialista de género

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