Los especialistas pasaron por alto los otros síntomas que la mujer padecía. Por más de cinco años se sometió a tratamientos para el dolor.
La lumbalgia o fuertes dolores de espalda es uno de los padecimientos que más genera incapacidades cada año y afecta a millones de personas alrededor del mundo.
Sin embargo, en algunas ocasiones, los fuertes dolores pueden ser síntomas de otros trastornos, como el caso de Gemma Phillips, quien presentó este padecimiento por más de cinco años y sus médicos de cabecera le enviaron tratamientos con analgésicos para aliviar el dolor, pero tiempo después descubrió que tenía un cáncer terminal.
La Organización Mundial de la Salud explica que en el 2020 más de 619 millones de personas en el mundo se vieron afectadas por los fuertes dolores de espalda o lumbalgia y se espera que en el 2050 el número de casos aumente a 843 millones de personas.
La mujer ha contado la experiencia de haber sido mal diagnosticada y las consecuencias que ha enfrentado por la falta de tratamiento adecuado en su cuenta de TikTok "@gemphillipsx".
Se sabe que sus padecimientos comenzaron en el 2020, cuando apareció un fuerte dolor de espalda, por lo que acudió al médico de confianza, pero este la envió en repetidas ocasiones a realizarse tratamientos con analgésicos, medicamentos que alivian el dolor.
Gemma Phillips decidió asistir a otro especialista luego de más de 18 meses tomando constantes medicamentos para el dolor, al ser examinada y tras la realización de una ecografía, los médicos le sugirieron que podría estar sufriendo el síndrome del intestino irritable, pero el dolor fue empeorando al punto que, según ella, “se estaba apoderando de mi vida”.
La mujer contó su historia a la organización benéfica ‘Sarcoma UK’, donde aseguró que por un tiempo se sometió a varios tratamientos, donde le diagnosticaron una masa en el estómago y en marzo de 2022, luego de más de dos años de su primera visita al médico, le informaron que estaba padeciendo de un leiomiosarcoma.
La Clínica Mayo explica que un leiomiosarcoma es un tipo de cáncer poco frecuente que comienza en los tejidos de los músculos lisos. Es un cáncer raro y agresivo que, además, se desarrolla en los tejidos conectivos. “Comienza como la proliferación de celulares anómalas, y a menudo avanza rápidamente hasta invadir y destruir el tejido corporal normal”, explica.
“Estoy realmente frustrada por cómo me trataron. Si me hubieran diagnosticado antes, probablemente habría evitado mucho sufrimiento”, dijo la mujer, quien agregó que se enteró de la noticia por un mensaje de texto.
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Tras el diagnóstico, en mayo de 2022, Gemma se sometió a una cirugía, donde le extirparon un tumor que medía 10 centímetros, pero un año después, los fuertes dolores regresaron, por lo que se sometió a una nueva serie de exámenes, donde una tomografía por emisión de positrones reveló que tenía tres nuevos tumores.
En octubre de 2023, los especialistas le dijeron que el cáncer se estaba propagando y que su enfermedad era incurable, agregando que le quedaban entre 12 y 18 meses de vida. Desde entonces, ha recibido quimioterapia y radioterapia para prolongar su vida y aliviar el dolor.
“Estoy muy frustrada por cómo me trataron. Simplemente me dieron largas con analgésicos. Me rechazaban constantemente. Pensaba: ‘¿Me estoy volviendo loca?’”, relató la mujer a la organización ‘Sarcoma UK’.
La doctora Sorrel Bickley, directora de Investigación, Políticas y Apoyo de la organización ‘Sarcoma UK’, explicó que “La detección temprana es vital en los sarcomas, pero igualmente importante es desarrollar tratamientos eficaces para pacientes con enfermedad avanzada”.
“Si bien estos estudios no cambiarán el diagnóstico incurable de Gemma hoy, representan nuestro compromiso de transformar el panorama futuro del tratamiento del leiomiosarcoma, potencialmente prolongando la vida, reduciendo los efectos secundarios y, finalmente, avanzando hacia enfoques de medicina personalizada que proporcione el tratamiento adecuado a cada paciente”, puntualiza la experta.
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