En 2017, el reconocido astrofísico le puso fecha a la posible catástrofe de extinción total de la humanidad; por qué sucedería
El célebre científico, Stephen Hawking, reconocido en el mundo por sus investigaciones sobre los agujeros negros y la teoría de la relatividad, dejó también un legado de aterradoras predicciones acerca del futuro del ser humano.
Antes de morir en marzo de 2018, el astrofísico aseguró, entre distintos escenarios, que la humanidad será responsable de la autodestrucción de la Tierra, un hecho que sucederá dentro de 600 años. Según el autor del best seller Breve historia del tiempo, el aumento de la población y la creciente demanda de energía conducirán a la catástrofe.
En noviembre de 2017, Hawking participó en la Cumbre WE de Tencent, que se celebró en la ciudad de Beijing, un foro anual en el que científicos y profesionales se reúnen para compartir ideas sobre ciencia y tecnología.
A través de una videoconferencia, el británico, que se comunicaba mediante un músculo de la mejilla conectado a un sensor y a un sistema de voz computarizado, aseguró: “Para el año 2600, la población mundial estará hombro con hombro y el consumo de electricidad hará que la Tierra brille al rojo vivo”.
En aquel momento, el científico explicó: “La cantidad de personas en el planeta se ha duplicado cada cuarenta años y la Tierra sólo puede soportar una medida limitada. Este crecimiento exponencial no puede continuar durante el próximo milenio”. Es decir, según el genio, la superpoblación provocaría un consumo tal de energía que el planeta comenzaría a arder como una bola de fuego.
Luego, continuó con la disertación y señaló que, para salvarse, la humanidad debe seguir el ejemplo de la serie de televisión Star Treck y “lanzarse con valentía a donde nadie ha ido antes con una tecnología desarrollada para viajar a la velocidad de la luz”.
En julio de 2017, unos meses antes de la conferencia en China, el científico, que fue diagnosticado con ELA a los 21 años, ya había declarado en un documental de la BBC, llamado Stephen Hawking: Expedition New Earth, que la humanidad se encontraba en un “punto de inflexión” en el que el calentamiento global sería tan grave que la Tierra “se volverá como Venus, con una temperatura de 250 grados y lluvia de ácido sulfúrico”.
Venus es el segundo planeta más cercano al Sol, y en opinión de los científicos, la vida allí es imposible. Hawking también predijo en el programa que la ambición natural de la humanidad impediría abordar adecuadamente el calentamiento global y que, por eso, la mejor opción era abandonar la Tierra por completo.
Precisamente, durante su intervención en la videoconferencia de Beijing, Hawking subrayó que, si las personas no logran convertirse en una especie multiplanetaria en los próximos siglos, es posible la extinción total. “Aunque la probabilidad de que se produzca un desastre en el planeta Tierra en un año determinado puede ser bastante baja, se acumula con el tiempo, convirtiéndose casi en una certeza en los próximos mil o diez mil años”, explicó.
De ahí, su convicción para explorar el sistema de tres estrellas Alfa Centauri, el destino más cercano habitable para los humanos, donde los astrónomos creen que existiría un planeta similar a la Tierra. En este sentido, en la conferencia de Beijing, el astrofísico solicitó inversiones financieras que apoyen un proyecto de cien millones de dólares que algún día podría conducir vuelos tripulados hacia el nuevo sistema.
Se trata de la iniciativa Breakthrough Starshot. “La idea detrás de esta innovación es colocar una nanonave en el haz de luz. Un sistema de este tipo podría llegar a Marte en menos de una hora, o llegar a Plutón en días, pasar a la Voyager en menos de una semana y llegar a Alfa Centauri en poco más de veinte años”, explicó en la videoconferencia y sorprendió al sumarse a una propuesta alternativa a la exploración de Marte, el vecino más evidente.
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