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Sufría mareos y dolor de cabeza, le dijeron que era falta de vitamina D y murió dos años después

Luego de ser mal diagnosticada con falta de vitamina D, Ellie Watts se sometió a una resonancia magnética que reveló el verdadero problema: hidrocefalia por un tumor. La joven de 19 años falleció tras un paro cardíaco durante una operación.

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Esta es la triste historia de Ellie Watts, una joven de 19 años que le diagnosticaron una terrible enfermedad y en un comienzo los médicos le decían que tenía deficiencia de vitamina D y deshidratación.

Todo comenzó en agosto del 2021 cuando su madre, Catherine O'Connor, se encontraba preparando los preparativos de su boda y salió con Ellie para que se midiera el vestido de dama de honor que llevaría ese día, cuando de un momento a otro comenzó a sentirse mareada y sudorosa, no se podía mantener en pie por sí sola, en ese entonces tenía 17 años cuando comenzaron aparecer los primeros síntomas.

“Estábamos en una prueba de su vestido de dama de honor color rosa ruborizado antes de mi boda con mi entonces prometido, Chris. Empezó a sentirse mareada y noté una gota de sudor en su labio superior, estaba un poco inestable sobre sus pies y casi se tambaleaba, pero pensé que era simplemente porque había estado de pie durante demasiado tiempo”, dijo O'Connor.

En octubre de 202, un mes después de la boda, Catherine tuvo que llevar a su hija al médico porque se sentía mal. Al llegar le hicieron varios análisis de sangre que salieron normales, pero en el año 2022 tuvieron que volver al doctor, porque Ellie seguía sintiendo los síntomas que cada día empeoraba más.

“Nos dijeron que probablemente tenía deficiencia de vitamina D y que estaba deshidratada”, agregó O'Connor.

Le aconsejaron que tomara antihistamínicos para aliviar sus mareos y beber más agua, algo que le funcionó por un tiempo. Sin embargo, en abril del 2022, esta colegiala que estaba estudiando en la preparatoria, comenzó a sentirse peor, ya que los síntomas empeoraron.

Cuando cumplió 18 años en mayo, se estaba preparando para afrontar sus exámenes finales, pero tuvo que tomarse unos días, porque los dolores eran tan intensos que no podía estudiar.

“Ellie me dijo que había tenido un par de dolores de cabeza, aunque sospecho que probablemente había tenido más.También vi que a veces volvía a tener esa misma pequeña gota de sudor en el labio superior”, comentó Catherine.

Después de casi un año de padecimiento su madre logró conseguir una cita con su médico de cabecera y al realizarle una resonancia magnética, se dieron cuenta que tenía una anomalía y fue diagnosticada con astrocitoma de grado 1 en la parte superior del cerebro y ahí descubrieron que sufría hidrocefalia, una acumulación de líquido causada por el tumor.

“Cuando nos dieron el diagnóstico, rompí a llorar, pero mi querida Ellie se mantuvo muy tranquila; estaba mucho más preocupada por consolarme que por ella misma. Eso era tan típico de ella”, agregó su madre.

Después de recibir la mala noticia fue llevada al Hospital Kings College en Londres, en la que le dieron esteroides para reducir el líquido y tres días después le realizaron una operación para extirpar la mayor parte del tumor.

Sin embargo, debido a la posición en la que se encontraba el tumor no lo pudieron extirpar del todo y le dejaron una pequeña parte. Seis días después de la cirugía estaba en su casa.

Gracias a esta operación Ellie pudo hacer todo lo que le gustaba y se esforzó por sacar buenas calificaciones, para poder entrar al curso de criminología y justicia penal en la Universidad de Greenwich, el cual comenzó en octubre del 2022.

En los primeros meses del 2023 estuvo bien de salud y logró nuevamente sacar buenas calificaciones, algo que hacía sentir orgulloso a su madre y sus hermanos. Pero durante el segundo semestre del año comenzó a quejarse nuevamente de dolores de cabeza y su madre se preocupó tanto que llevó a su hija de inmediato a la clínica.

Watts caminaba con dificultad y Catherine notó que esa pequeña nota de sudor estaba nuevamente en el labio superior y ahí supo que la enfermedad había vuelto y sintió mucho miedo.

Al llegar al Hospital Kings College, le realizaron una cirugía para colocarle una derivación en el cerebro, pero sufrió un paro cardíaco durante la operación.

“Dos días después de la cirugía, nos dijeron que no había perspectivas realistas de recuperación. Tuvimos que tomar la desgarradora decisión de apagar el soporte vital de nuestra hija”, explicó Catherine.

Octubre de 2023 será un año que Catherine O'Connor nunca va a olvidar porque a los 19 años su hija murió. Desde entonces trabaja en Brain Tumour Research para recaudar fondos y difundir el conocimiento de los síntomas, que incluyen dolores de cabeza, cambios en la visión y mareos.

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