A través de sus ilustraciones esta diseñadora incorpora elementos representativos para las tradiciones de El Salvador, como el Día de la Cruz, o personajes como la Siguanaba. En sus obras también incluye la cotidianidad del salvadoreño.
La historia, la cultura salvadoreña y algunas tradiciones locales se vuelven esenciales para esta artista quien, a través del dibujo, desarrolla muchos conceptos y crea piezas que transmiten el orgullo de ser salvadoreños.
Gabriela Morán, conocida artísticamente como Gabbi Moart, es ilustradora y diseñadora gráfica, que se ha desarrollado en las ramas del diseño editorial, ilustración infantil, diseño de personajes y “concept art” para series animadas.
Cuenta que inició en el mundo del arte gracias al dibujo, desde los seis años ya lo disfrutaba. Fue su padre quien le enseñó lo básico y así comenzó con sus primeros trazos. Poco a poco aprendió por su cuenta. Durante la universidad exploró más técnicas y teorías que le ayudaron a comprender de anatomía, proporciones y composición.
Gabbi cuenta con series donde toma como inspiración pintorescos pueblos vivos o destinos en el interior del país, como Apaneca, Panchimalco o Ilobasco, también dibujó un mapa salvadoreño.
“En la mayoría de mis piezas me gusta incluir siempre parte de las tradiciones y el folklor de nuestro país, en donde siempre destaco a sus habitantes, las fachadas de las casas, animales autóctonos, nuestra gastronomía, entre otros”, dijo.
Explica que antes de comenzar un trabajo realiza una investigación previa con la que pueda complementar cada detalle y además toma en cuenta lo que desea transmitir o la finalidad de cada pieza.
En su proceso creativo, los colores tienen un papel fundamental. Las tonalidades vivas son parte de la inspiración que logra captar de aquellos elementos como la naturaleza, sus telares, artesanías y todos los colores que acompañan nuestras celebraciones. Sin embargo, le gusta destinar a sus creaciones una paleta específica para cada proyecto, pues no todos los temas ameritan la misma cantidad de colores, según explicó.
Si bien su carrera como artista está comenzando, esta salvadoreña ha realizado pequeños murales y sus figuras han formado parte de festivales en El Salvador. Como parte de su trabajo también la ha llevado a exportar algunas ilustraciones en Irlanda, Colombia y México.
También fue la encargada de ilustrar dos libros infantiles “Niña que vuela” y “La fiesta de las pupusas”.
Trabajar con libros infantiles tiene un valor muy importante a nivel personal y considera la lectura una base para que los niños aprendan valores, como la empatía, la tolerancia y la paciencia.
“Crecí con muchos libros que me ayudaron a conocer y aprender. También poder observar diferentes artistas que trabajaban en esos libros me inspiraron para enfocar también mi creatividad en poder desarrollar un estilo más apto para ciertas edades. Hoy en día sigo coleccionando libros infantiles, pues me ayuda como referencia y aprendizaje, los cuales me ayudan en cada proyecto al cual soy parte. Me siento feliz siendo creando un legado para otras generaciones”, destacó.
Su mensaje a través de sus dibujos es que no debemos olvidar nuestros orígenes, en sus trazos retoma diferentes elementos que vale la pena cuidar dentro de nuestro país, como las tradiciones.
“Parte importante de lo que hacemos como artistas es comunicar ideas, que no solo sean para verse bonito en un mural o en una canva, sino también para generar conciencia de muchos temas que podemos aún cuidar como salvadoreños”, concluye.
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