
Por más de 10 años un buzón ha recibido solamente cartas de amor. En esta época, casi nadie escribe cartas, sin embargo, en este espacio la expresión parece no conocer límites. Este proyecto que inició Ángel Greses, se vuelve más significativo ahora que su hija ha quedado a cargo. Ahora, también se reciben cartas vía correo electrónico.
Santa Cruz de La Palma es un pequeño destino ubicado en Islas Canarias, España. Entre su arquitectura centenaria existe un buzón donde “Solo se aceptan cartas de amor”, un proyecto literario que inició con Ángel Greses hace más de una década y que, tras su muerte, su hija Guadalupe se ha encargado de continuar.
Guadalupe tiene 30 años, es maestra de español en Valencia, y acepta que “ya casi nadie escribe cartas”, por lo que este proyecto la colma de sentimientos. Por una parte, siente nostalgia al recordar la iniciativa de su padre, a quien recuerda y tiene presente a diario, por otro lado, señala, es “muy emocionante” que sigan llegando cartas al buzón que abrió su padre, donde cada una tenía un valor realmente especial.
“Esta historia comenzó con mi padre hace más de 10 años. Él nació en La Palma y creció en Valencia, regresó a la isla donde vivía con su hermana. Mi padre estaba bastante cansado de recibir a diario toda la burocracia que caracteriza a nuestros países, facturas, multas o publicidad. Y enfadado un día se cansó y salió a la puerta, la pintó y escribió unas palabras en el buzón: solo cartas de amor”, relata Guadalupe.
Reconoce que, si bien fue algo improvisado, poco a poco las cartas anónimas comenzaron a llegar. Quienes pasaban por la calle no podían ignorar el atractivo buzón y el mensaje, y finalmente se detenían a escribir algo y lo dejaban.
“Mi padre fue guardando todas las cartas que recibió en una carpeta, yo sabía que algunas le llegaban, había leído algunas notas, pero cuando falleció y descubrimos esa carpeta llena de cartas, fue un momento muy emocionante porque mi tía y yo no sabíamos que había tantísimas que había estado guardando a lo largo de los años. Entonces yo decidí compartir las cartas y decidí que me encantaría que siguiesen llegando al buzón, y creo que a mi padre le seguiría haciendo mucha ilusión”, agrega.
Guadalupe relata que su padre recibía al menos tres cartas al año, hoy describe la recepción como “una locura”. Entre el buzón físico y el correo electrónico reciben al menos una carta diaria.
“Las cartas que él me enseñaba, a mí me hacían mucha gracia porque me parecía increíble que la gente de verdad quisiera escribir esas cartas y enviarlas de forma anónima. A mí me impresionaba mucho que a mi padre le pareciese normal que las personas enviasen de forma anónima cartas de amor, y él lo trataba con toda la normalidad, y entonces no sé exactamente cómo se sentía, pero yo creo que aunque él aceptase esa normalidad, creo que le emocionaba profundamente”, explica.
Guadalupe pensó además en compartir algunos extractos de las cartas que recibe en redes sociales. Inicialmente con la intención de que sus conocidos se sintieran cercanos al proyecto, pero luego como una manera de conservarlas. Hizo un video contando la historia y lo subió a Instagram @solocartasdeamor, que ya suma más de 25,000 seguidores de todo el mundo.
“Gracias a Ángel Greses y a su hija por continuar con su legado y permitirme escribir esta carta en nombre del amor”, se lee en la cuenta.
Actualmente, un grupo de estudiantes de una escuela de arte trabaja en un proyecto donde reinterpretan las cartas de forma visual. Guadalupe comparte algunas y los estudiantes las ilustran en formatos de grabados y espera pronto realizar una exposición conjunta en la isla y que sus habitantes puedan disfrutar desde una perspectiva diferente el contenido del buzón. También dice que le gustaría escribir un libro en el que pueda incluir las cartas recibidas.
“A mí siempre me ha gustado escribir y me parece que es el momento de recopilar todas las cartas en un mismo sitio, en papel, en un libro, y me gustaría comentarlas, ¿no? Contarles toda esta historia que hay detrás, de forma más detallada porque creo que lo merece, y también estoy embarcándome en ese proyecto de escritura y de la publicación de un libro con todas las cartas”, reveló.
Desde que el buzón abrió han recibido cartas de diversas partes del mundo, de manera virtual de países como Argentina y Guatemala, y de muchos turistas que visitan la isla que también aprovechan para dejar unas palabras en inglés, francés, sueco y alemán, las cuales han traducido para incorporar en la carpeta.
“Estoy encantada de recibir cartas de amor, creo que si sienten la necesidad tienen que hacerlo, que es una oportunidad de desahogarse, de contar un secreto que no se atrevan a decir, por ejemplo, o contar una historia que ya ha pasado. Creo que escribir es muy poderoso, creo que si tienes a alguien que sabes que te va a leer también te alegra mucho el corazón”, agrega.
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