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“Colocarlos juntos (a miembros del Tren de Aragua y pandilleros) en una prisión es riesgoso; quiero ver si el presidente Bukele puede controlar eso”

Ronna Rísquez conoce a profundidad la historia y funcionamiento de El Tren de Aragua y analiza la posibilidad de que los miembros de esta banda criminal se mezclen con las pandillas salvadoreñas en las cárceles de nuestro país.

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Ronna Rísquez, periodista de investigación venezolana, habló con LA PRENSA GRÁFICA sobre El Tren de Aragua.

Ronna Rísquez, periodista de investigación venezolana, habló con LA PRENSA GRÁFICA sobre El Tren de Aragua.

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Ronna Rísquez es periodista de investigación en Venezuela y en 2023 lanzó el libro titulado “El Tren de Aragua, la banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina”. La publicación le hizo ganarse varias amenazas de la estructura criminal, pero también la convierte en una voz autorizada para hablar de una organización que próximamente podría tocar suelo salvadoreño.

La administración de Donald Trump ha confirmado que está evaluando la posibilidad de trasladar a miembros del Tren de Aragua a cárceles salvadoreñas como parte de su estrategia de combate al crimen transnacional y el acuerdo podría oficializarse la próxima semana, cuando Marco Rubio, secretario de Estado de la nación norteamericana, visite nuestro país. Pero, ¿qué implicaciones podría traer eso para El Salvador? De eso habla en esta entrevista. 

Desde tu perspectiva, ¿qué impacto podría tener que miembros del Tren de Aragua sean enviados desde Estados Unidos a cárceles en El Salvador?

Hay muchos elementos todavía por averiguar. Por ejemplo, ¿Estados Unidos puede deportar gente? Sí, ciertamente. Pero, ¿puede mandar a gente que ha cometido delitos en Estados Unidos a que cumpla penas en un tercer país como El Salvador? Estas personas no pueden ser deportadas hacia Venezuela si no hay relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. Lo que hay que preguntarse es si es posible legalmente o si hay algún mecanismo que permita este trato, o si se tendrá que crear un mecanismo. El otro elemento es que hasta hoy se habla de detenciones de miembros del Tren de Aragua y efectivamente se ha confirmado, porque he tenido acceso a esa información, de que se han detenido personas que sí forman parte del Tren de Aragua cometiendo delitos en Estados Unidos. Pero también es posible que haya otras personas que son detenidas y no tienen cargos ni en Estados Unidos ni en otros países, entonces ¿bajo qué criterios serán enviadas a una cárcel en El Salvador? ¿Solo bajo la sospecha que pertenecen al Tren de Aragua?

También hay que pensar en los que aún tiene procesos judiciales abiertos en Estados Unidos, ¿cómo se harán esos juicios? ¿Desde El Salvador? ¿Cómo será la participación de los abogados? ¿Tendrán defensores? En ese caso debería haber intervención de organizaciones defensoras de derechos humanos y de acceso a la justicia que puedan clarificar esta situación, porque sería bastante enredado. Una cosa es que el presidente Bukele parezca tener éxito con los programas que ha implementado en El Salvador y otra cosa es llevar a pandilleros que no son salvadoreños, que son venezolanos, que tienen otra cultura, otras costumbres, otras prácticas, a una cárcel en El Salvador. Quizá pueda resolverle un problema inmediato al presidente Donald Trump, pero no es una garantía de que servirá a largo plazo. Lo otro es preguntarse a cambio de qué se dará esto, porque estas personas implicarán un costo, ¿o las dejarán ahí para siempre a que mueran? Son mucho factores los que intervienen. 

El Tren de Aragua es básicamente una banda criminal que se formó dentro de las cárceles venezolanas, ¿cómo podría impactar el que arriben a cárceles salvadoreñas hacinadas y con presencia de pandillas fuertes como la MS-13?

Eso es justamente a lo que me refiero cuando pregunto si el presidente Bukele tiene la capacidad de manejar una situación así. Tú vas a meter en una prisión a unas personas que justamente su “hábitat natural”, el lugar donde se desarrollaron, donde sobrevivieron y donde están acostumbrados a sobrevivir es la prisión, y donde además se reinventaron, lograron convertirse en una máquina transnacional y expandirse por América Latina. A ellos tú los llevarás a una prisión donde además hay otros pandilleros con otros conocimientos criminales y lo que puede surgir es un monstruo todavía peor.

No estoy haciendo un pronóstico del horror, solo hablando de lo que podría pasar considerando lo que han sido las maras, la MS-13 y el Barrio 18, y lo que también han hecho los miembros del Tren de Aragua. Colocarlos juntos en una prisión es bastante riesgoso. Quiero ver si el presidente Bukele puede controlar eso. A lo mejor sí y qué maravilla. Pero en realidad no es algo que creo que deba tomarse a la ligera. No me parece que sea tan sencillo y que solo baste la firma en un acuerdo.

¿Qué repercusiones tiene que el presidente Donald Trump haya denominado al Tren de Aragua una organización terrorista en Estados Unidos?

Esto hace que el grupo entre en una categoría bastante delicada, como están grupos como Al-Qaeda y otros grupos terroristas que han generado grandes tragedias para Estados Unidos y la humanidad. No necesariamente veo que ese sea el caso con el Tren de Aragua por el potencial que pueda tener como grupo criminal, sin dejar de decir que siempre puede representar un peligro para la sociedad. 

Pero también se puede ver que esto facilitará cosas como las que hablamos de poder enviarlos a otro país, poder tener acciones más contundentes para combatirlos. En ese sentido la designación quizá facilite aplicar algunas acciones que estarían restringidas si el grupo no fuera considerado una organización terrorista.

¿Cuál es la situación actual del Tren de Aragua en América Latina? 

El grupo sigue teniendo presencia en varios países de América Latina. Creo que el desmantelamiento de la prisión de Tocorón, en septiembre de 2023, fue un duro golpe para el grupo en cuanto a su operatividad y su fortaleza, pero vemos como en países como Chile, Perú, Colombia, Brasil y recientemente en México y Estados Unidos se está reportando la presencia y actividades de miembros de la organización. Lo que significa que el grupo sigue operando, que sus líderes siguen estando en libertad o no se sabe dónde están y que siguen representando un problema para estos países. 

También hemos visto cómo han surgido facciones que no sabemos si son franquicias o disidentes del Tren de Aragua o si son grupos que pertenecían a ellos y ahora tienen otros nombres, o si son imitadores. Lo que sí sabemos es que el nombre del Tren de Aragua sigue apareciendo y sigue siendo asociado a actividades criminales en América Latina y Estados Unidos.

¿Hay reportes dentro de tus investigaciones de presencia previa del Tren de Aragua en El Salvador?

No he tenido reportes específicos desde El Salvador. En algún momento tuve reportes de que podían estar en algún país centroamericano y me mencionaron Honduras, pero también hubo detenciones de miembros del Tren de Aragua en Costa Rica, una de las más importantes fue la detención de alguien que participó supuestamente en el asesinato del teniente Ronald Ojeda en Chile. También se ha reportado en Panamá, pero no se han identificado operaciones significativas. 

¿Cuál es tu percepción de los planes de seguridad de El Salvador? ¿Están preparados para recibir a una banda de la envergadura del Tren de Aragua?

Tengo dudas con respecto a eso, porque hasta ahora los planes de seguridad de El Salvador han sido políticas de mano dura del presidente Bukele, la cárcel, con una serie de características para detener a pandilleros. Y efectivamente han logrado anular las acciones de las pandillas salvadoreñas. Pero hay que entender que las pandillas salvadoreñas, las pandillas de hace más de 30 o 20 años, los cárteles mexicanos y colombianos… todos ellos son grupos que tenían una lógica distinta cada uno de ellos y sobre todo, más allá de que todos son grupos de crimen organizado, todos han tenido la cultura de sus países, que son distintas. Pero el Tren de Aragua tiene algunas particularidades que no coinciden con la MS-13 o con la Barrio 18, que no coinciden con lo que se ha visto hasta hoy en El Salvador. 

Por ejemplo, en el caso de Chile, desde 2021-2022, cuando por primera vez identifican presencia del Tren de Aragua y hasta hoy las autoridades chilenas siguen investigando, aprendiendo, intentando conocer, descifrar códigos para desmantelar las operaciones del Tren de Aragua. Lo mismo ha ocurrido en Colombia, donde hay una amplia experiencia de grupos armados y grupos criminales, pero no les ha resultado fácil desmantelar las estructuras del Tren de Aragua. Obviamente han dado golpes importantes, pero no es algo que sea tan fácil. Si El Salvador lo logra hacer tendría que convertirse en el comisionado mundial para la seguridad ciudadano y el crimen organizado, porque en realidad no digo que sea imposible, pero hay particularidades que se deben analizar. No sabemos si para el presidente Bukele esta es una pandilla más y no es que sea mejor o peor, sino que es diferente.

¿Cuáles son esas particularidades del Tren de Aragua a las que te refieres?

Una de ellas es que, a diferencia de las dos maras fuertes que hay en El Salvador, la MS-13 y el Barrio 18, que tenían confrontaciones permanentes, que se disputaban y se mataban entre ellos o incluso atacaban a la población, en el caso de los grupos venezolanos y particularmente el Tren de Aragua, esta una organización que evita la confrontación. No quiere decir que no haya tenido disputas o que no las pueda tener con otros grupos, pero esa no es su línea de acción. Su objetivo principal son las rentas criminales y cómo mantenerlas. Y si para eso tiene que negociar lo hará y se puede aliar o ajustar a las condiciones que pongan otros grupos incluso más poderosos, o de los grupos donde están llegando. A ellos lo que les interesa es entrar y poder involucrarse en alguna actividad que les genere renta. Esto los diferencia de las maras. 

Luego está el origen. El Tren de Aragua está enfocado netamente en el delito, en las actividades criminales, mientras que las maras tenían una connotación de identidad, social y cultural. 

La otra particularidad es que el Tren de Aragua nace directamente en una prisión donde, como han sido las prisiones venezolanas durante muchos años, hubo vulneraciones a derechos humanos y eran la constante, como hacinamiento, sin acceso a la salud, educación ni alimentos, donde los presos tenían que buscar la manera de sobrevivir y de resolver su vida. Eso los hace un grupo que puede adaptarse a circunstancias muy extremas. Estos señores han sobrevivido a un ambiente como el de Venezuela, con una crisis humanitaria, y así han logrado entrar a territorios como el colombiano y montar operaciones. También lograron recorrer miles de kilómetros hasta Chile para establecer y operar desde ahí. Es un grupo que tiene una gran capacidad de adaptación y eso es algo que hay considerar.

En estas adaptaciones o alianzas que mencionas, ¿se ha logrado constatar algún nexo con grupos políticos o con gobiernos?

Yo no tengo conocimiento de que hay alguna relación. Lo que sí puedo decir es que si hay algo que llama la atención de este grupo es que estuvo operando por más de diez años desde una prisión del Estado venezolano, sin que hubiese ninguna intervención de las autoridades, hasta 2023. Creo que eso es llamativo y no es algo que se deba pasar por alto.
 

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