Le dedicamos la columna a las lecciones de vida que brotan de Shoe Dog, las memorias de Phil Knight, fundador de Nike.
Carlos Alfaro Rivas - Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
Persigamos nuestros sueños
Shoe freak sería una mejor descripción que shoe dog para aquellos metidos de cabeza y corazón en el diseño, manufactura o distribución de zapatos. Ahora le dedicamos la columna a las lecciones de vida que brotan de Shoe Dog, las memorias de Phil Knight, fundador de Nike. Gracias a mi sobrino Lucas por regalármelas.
Recién graduado de su MBA, en Stanford, Phil le presta a su papá $50 para complementar sus ahorros y así viajar a Hawái, Europa, Egipto y Asia, última escala Japón. Su misión, conocer otras culturas y asegurar el abastecimiento para su sueño: su propia empresa con una simple misión: importar zapatos de correr buenos, bonitos y baratos. Su objetivo de negocio: desbancar al Rey Adidas.
Shoe Dog inicia en 1962 cuando Phil, exatleta de track & field (atletismo) de la Universidad de Oregón, viaja por el mundo y visita la fábrica Onitsuka en Kobe (ahora Asics). Impresionado por su calidad y rapidez de producción, firma contrato de distribuidor exclusivo para la costa oeste de EUA.
Phil les dio paja, introduciéndose como propietario de Blue Ribbon Sports BRS, "con 55 puntos de distribución". Resulta que BRS existía solo en la cabeza de Phil, y la de su eventual socio y excoach de atletismo Bill Bowerman, amigo del alma, con quien evolucionan de BRS a Nike (1971).
En 1963 su único punto de distribución: el baúl de su Chevy, desde donde vendía Tigers, modelo estrella de Onitsuka. Un par de años pasan y Phil descubre que le habían quemado la pata con otro distribuidor, por lo que encachimbado decide activar la búsqueda de otros proveedores, viajando con Bill a Corea, Vietnam, Taiwán y China. Nunca faltaron los 10km diarios que corría con su coach, ni las cervecitas para tomar decisiones (sake en Japón).
En 1971 firmaron con fábrica en Veracruz. La orden de los Air Jordan en línea de manufactura, tenían 1 hora para enviar marca y logo o los zapatos salían pelados. Nike (diosa griega de la Victoria) será la marca, palabra de Phil. El swoosh será su logo, ahora reconocido (y tatuado) en el mundo entero, obra maestra de una estudiante de Portland State ($35 cobró).
Nike sale a la bolsa en 1980, precio de acción ascendente, por el exitazo de Michael Jordan echándole flores al Air Jordan que volaron de los estantes a $65 ($195 de ahora). Este endoso fue el primero de muchos deportistas, equipos deportivos y personalidades influyentes, ahora práctica común en el marketing de la industria.
Nike se va a los penaltis con Adidas pues, más que una marca, es una cultura que lucha contra el conformismo, Just Do It toca fibras desde 1988. ¡Qué publicidad! En 1987, fue la primera marca en usar una canción en una campaña (Revolution de Los Beatles): "We all want to change the world", canta la lorita Pepita. ¡Clásica!
Desde el baúl de un Chevy, con ventas de $8k anuales, hasta una marca mundial de $30billones, gracias a los Shoe Dogs de Nike quienes, juntos, torearon enormes desafíos, enfrentaron gigantescos riesgos, construyeron tantísimas relaciones, permanecieron fieles a sus valores, y cambiaron el mundo para muchos, al calzarlos para romper sus récords personales. Mi hijo Diego rompió las 3 horas en maratón impulsado por los Nike Vapor.
Shoe Dog es una memoria inspiradora que nos demuestra que sí es posible perseguir nuestros sueños. ¡Démosle!
PD: El único lamento de Phil es que su tiempo se lo dedicaba a sus zapatos y no a sus hijos. El mayor, de noble corazón, apoyó al orfanato Mi Casa Su Casa en El Salvador. En una de sus visitas a nuestro país bucea el Lago de Ilopango, pasados los 150 pies, hasta que sus pulmones explotaron. ¿Suicidio?
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