La ciudad de San Vicente fue capital de El Salvador cuando el país formaba parte de la República Federal de Centroamérica entre los años 1834 y 1839, fue fundada por 50 familias españolas y su nombre inicial fue San Vicente de Lorenzana (y después San Vicente de Austria). Esta es la historia completa
El departamento de San Vicente, actualmente, es conocido por ser un territorio lleno de riqueza cultural e historia. Es una de las ciudades más antiguas en El Salvador.
Fundado el 25 de diciembre de 1635, este departamento salvadoreño conserva el legado de su época colonial en cada rincón, desde sus iglesias hasta sus plazas y edificios históricos, los cuales evocan una atmósfera de tiempos pasados, pero aún vibrantes.
Además de su riqueza arquitectónica, San Vicente es reconocido por su profundo fervor religioso y sus celebraciones culturales. Con cada evento, congrega a decenas de personas de distintas partes del país. Las festividades incluyen procesiones, misas, música en vivo y actividades tradicionales, donde la devoción religiosa y la convivencia comunitaria se unen para mantener vivas las costumbres de esta región.
Sin embargo, esta ciudad también guarda un secreto de suma importancia para la historia de El Salvador: fue capital del país durante cinco años; pero para comprender mejor esta etapa es importante remontarnos hasta los años de su fundación.
El 25 de diciembre de 1635, 50 familias españolas fundaron la ciudad de San Vicente de Lorenzana, años más tarde, San Vicente de Austria, según el libro Resumen histórico, urbano y arquitectónico de San Vicente de Austria y Lorenzana, de la Universidad de El Salvador (UES).
"La razón de esta fundación tardía tuvo que ver con las decisiones que tomó el nuevo presidente de la Real Audiencia, don Álvaro de Quiñónez Ossorio, quien llegó a Guatemala en 1634 para gobernar el Reino por decreto real", menciona el escrito.
Ante esto, Quiñónez Ossorio se propuso aplicar las Leyes de Indias, las cuales prohibían a los españoles asentarse en los "pueblos de indios". En cumplimiento de estas leyes, ordenó al entonces alcalde mayor de San Salvador, Juan Sarmiento de Valderrama, que trasladara a españoles, negros y mestizos que vivían en los pueblos indígenas de Apastepeque, Ixtepeque y Tepetitán, hacia un nuevo asentamiento. Así, se fundó la ciudad de San Vicente bajo la sombra de un frondoso árbol de Tempisque, que, según relatos, aún se encuentra en la ciudad.
De acuerdo con el libro de la UES, el nombre San Vicente de Lorenzana se eligió en honor a San Vicente Abad, superior del monasterio de San Claudio en León, España, y a la Casa de Lorenzana, a la que pertenecían tanto el santo como Quiñónez Ossorio.
Esta fundación tuvo un progreso económico rápido, y en 1658 los pobladores realizaron una donación de 1,600 pesos al rey Felipe IV, quien, en agradecimiento, otorgó a San Vicente el título de "villa".
Con este reconocimiento, el nombre cambió a Villa de San Vicente de Austria, en honor a la Casa de Austria, a la que pertenecía Felipe IV. Con el título de villa, San Vicente adquirió mayor relevancia política y en 1658 se constituyó como provincia, extendiendo su jurisdicción a los distritos de Zacatecoluca, San Sebastián y Sensuntepeque.
El estatus de San Vicente siguió evolucionando y, el 18 de junio de 1812, recibió el título de "ciudad" en reconocimiento a su lealtad a la corona durante los levantamientos de 1811. Esta distinción fue la última que otorgaron las autoridades españolas en El Salvador.
El 12 de junio de 1824, ya en la época independiente, se estableció oficialmente el departamento de San Vicente. Su cabecera, la ciudad de San Vicente de Austria, pasó a administrar los distritos de San Vicente, Sensuntepeque y Zacatecoluca, consolidándose como una región de importancia política y cultural en el país.
Tras la gran importancia que adquirió este departamento, por decreto legislativo del 4 de octubre de 1834, San Vicente de Austria fue nombrado capital del Estado de El Salvador. Dicho decreto, fue promovido por el entonces jefe de estado salvadoreño Joaquín Escolán y Balibrera.
Pero...¿cuál fue la razón de este nombramiento?
La causa principal por la que este territorio fue elegido como capital salvadoreña es que, para ese año, el Estado de El Salvador aún formaba parte de la República Federal de Centroamérica y San Salvador era ocupado como capital federal, es decir, de todos los países que conformaban la federación. Ante esto, todo el Gobierno se traslado a San Vicente.
Pero también, la decisión se basó en las cualidades de la ciudad: además de su posición estratégica en el centro del país, San Vicente ofrecía una comunidad “cuyo amor al orden y a la libertad es incorruptible” y “una temperatura sana y todas las comodidades apreciables”, según el resumen histórico de la UES.
Durante esos cinco años, la ciudad de San Vicente albergó al gobierno y se convirtió en el centro de operaciones políticas de El Salvador. El traslado trajo consigo un auge en la actividad social, comercial y administrativa que impulsó el desarrollo de la ciudad, mientras consolidaba su importancia política en la historia nacional.
Esta etapa terminó en 1839, cuando San Salvador volvió a convertirse en la sede del gobierno estatal. Sin embargo, el recuerdo de San Vicente como capital perdura y se celebra como un episodio que marcó la identidad y el rol de esta ciudad en el proceso histórico de construcción del país.
Años más tarde, aunque ya no era la capital, San Vicente volvió a jugar un papel fundamental en la historia nacional en abril de 1854, cuando un devastador terremoto sacudió San Salvador.
En medio de la emergencia, el gobierno decidió trasladar a San Vicente instituciones clave como la Universidad Nacional (UES), el Colegio de la Asunción y el Juzgado General de Hacienda. La UES permaneció en la ciudad hasta 1859.
Estos eventos consolidaron al deparatemento como un centro clave de la vida social, educativa y política de El Salvador en momentos críticos.
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