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Los 4 felinos en peligro de extinción en El Salvador: cuáles son, por qué se extinguen y cuál es su rol en el ecosistema

Conoce las características de los cuatro felinos en riesgo de extinción en El Salvador y por qué están amenazados. 

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Los felinos son animales mamíferos que pertenecen a la familia Felidae, compuesta por 42 especies en los cinco continentes (incluido el gato doméstico), y diferentes entre sí pero con características morfológicas similares, como caras redondeadas y planas, bigotes faciales y ojos y orejas grandes. 

El Salvador tiene cuatro especies de esta familia (puma, ocelote, tigrillo y gato zonto), y todas están en peligro de extinción, según el Acuerdo 257 del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), publicado en el Diario Oficial en octubre de 2023. 

Que se clasifiquen como especies en peligro de extinción implica, según el MARN, que su población se ha reducido a un nivel “crítico” o su hábitat se ha reducido tan drásticamente que está en peligro inmediato de desaparecer o ser exterminada en territorio nacional. Conozcamos cada uno. 

Puma (Puma concolor)

Avistado y grabado en zonas naturales protegidas de El Salvador, el puma es el segundo mamífero terrestre más grande de América y el cuarto a nivel mundial, según un artículo publicado en la revista Minerva de la Universidad de El Salvador titulado "Los beneficios del puma". 

Su nombre científico es puma concolor y hace referencia a su pelaje uniforme y sin manchas, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Nicaragua. 

Es un solitario y excelente cazador nocturno, marca su territorio con orina, heces y arañazos en los árboles y tiene un cuerpo flexible y musculoso, con patas largas y fuertes y una cola larga y robusta. 

Mide entre 85 y 150 centímetros de largo y tiene un pelaje denso y una cabeza ancha con orejas redondeadas y una mandíbula poderosa. 

Su importancia ecológica radica en que regula las poblaciones de especies herbívoras, aporta a que la vegetación se recupere y es indicador de la salud del ecosistema. 

El puma ha sido avistado en varias ocasiones por cámaras trampa en el país. Foto: Pixabay. 

El control de la población de ciervos, roedores y jabalíes ayuda a prevenir la propagación de enfermedades entre presas y herbívoros y favorece la salud de los bosques y prados de la región. 

Según Luis Pineda, coordinador del Programa Nacional de Conservación de Felinos del MARN, los felinos controlan otras especies por sus hábitos alimenticios, desde roedores hasta mamíferos que se proliferan en gran volumen. 

En base a su dieta mantienen controlada estas poblaciones. Al desaparecer los felinos, las otras poblaciones se disparan”, señala el especialista. 

En el caso del puma concolor, está en peligro de extinción por la pérdida y fragmentación de los bosques, la caza furtiva y conflictos con humanos por el ganado. 

“Sus poblaciones son bajas, por lo que cada individuo es invaluable en el ecosistema”, señala el Fondo de Conservación Ambiental (Fiaes). 

Ocelote (Leopardus pardalis)

El ocelote, considerado el felino más abundante en los bosques neotropicales, habita en varias zonas de América en un rango de altura entre los 0 y 3,000 metros sobre el nivel del mar. 

Es un animal solitario, poligínico y poliéstrico, de tamaño mediano y un peso de entre 11 y 14.5 kilogramos. Viven alrededor de 10 años y su madurez sexual se alcanza a los 24 meses o después, o a veces a los 16 meses. 

Tiene una cabeza pequeña de color cafecón con pequeñas motas, dos franjas a cada lado de los cachetes y de cuatro a cinco bandas negras paralelas a lo largo del cuello, así como orejas cortas, anchas y redondeadas. 

Un ocelote atropellado. Foto: MARN. 

Su pelaje se distingue, según la Procuraduría General de Protección al Ambiente de México, por manchas o rosetas en forma de anillos alargados a los costados y se compactan en las patas. 

Además tienen bordes de color pardo o negro con centros más claros que el resto del pelaje y puntos o motas negras al interior. En la cola corta y adelgazada hacia la punta refleja anillos o manchas oscuras. 

Son territoriales, solitarios, excepto en la temporada de apareamiento, y sobre todo nocturnos por la naturaleza de sus presas, que son menores a 1 kg. 

Prefiere principalmente pequeños mamíferos como roedores, tlacuaches, conejos, osos hormigueros, aves, peces, reptiles, anfibios e insectos, y opta por ambientes con densa cobertura vegetal. 

Ocelote. Foto: Pixabay. 

Es un depredador que embosca y mata a sus presas, pero también es oportunista, ya que consume animales pequeños y grandes. 

Su importancia radica en que regula las poblaciones a niveles tróficos inferiores y por su afinidad con los sitios densos es un indicador adecuado. 

Su principal amenaza es la pérdida y fragmentación de su hábitat por actividades gagrícolas y ganaderas, así como la cacería furtiva sobre él y sus presas, dificultándole el alimento y orillándolo a buscar en granjas, donde entra en conflicto con los humanos. El tráfico ilegal de su piel y colmillos en el mercado negro es otro factor. 

Tigrillo (Leopardus wiedii)

El tigrillo es un felino moteado similar al ocelote en color y patrón de coloración, pero más pequeño, delgado y generalmente con cola más larga, según el Laboratorio de Investigación de Ciencias Naturales de la Universidad Tecnológica de Texas. 

El peso es de entre 2 y 3 kilogramos y una longitud total de 86.2 centímetros. En comparación al ocelote tiene una cabeza más pequeña con ojos más grandes y orejas redondas. 

Se extiende en los bosques neotropicales desde el noreste de México hasta el norte de Argentina, siendo el más arbóreo y ágil de los felinos sudamericanos y experto en acrobacias como desplazarse hacia abajo en troncos verticales y colgar de las ramas con sus patas traseras. 

Tigrillo rescatado por MARN. Foto: MARN. 

Pese a que no es un animal común y sus hábitos son muy conocidos, es experto en trepar árboles en los cuales probablemente descansa durante el día y donde ocupa parte de su tiempo cazando aves y pequeños mamíferos, aunque también captura presas en el suelo. 

Entre sus presas están los monos, tamarinos, perezosos, ardillas, zarigüeyas, pájaros, ratas y mamíferos más pequeños, varios reptiles como lagartijas, anfibios y gallinas domésticas. También comen roedores terrestres como el agutí y tepezcuintle y algunas frutas. 

Son solitarios, territoriales y más activos en la noche. Un estudio sugirió que su dependencia de los bosques, así como sus adaptaciones morfológicas que los hacen hábiles en los árboles, como el hecho que puedan girar sus tobillos 180 grados, es un indicador que su causa de extinción sea por la deforestación. 

Gato zonto (Herpailurus yagouaroundi)

Otro de los animales captados por cámaras trampa del MARN es el gato zonto, también conocido como yaguarundí y rescatado en varias ocasiones y devuelto a su hábitat natural tras su recuperación. 

Es un felino mediano con un cuerpo muy alargado con patas cortas, una cabeza pequeña y redondeada, y un hocico corto. Tienen orejas cortas, redondeadas y espaciadas sobre la cabeza. 

La cola es larga, robusta y musculosa, y el pelo no tiene manchas ni rayas, solo dos fases de coloración: un color rojizo más o menos vivo, y un pardo grisáceo a veces casi negro. En ejemplares más claros y jóvenes son visibles marcas blancas y negras de los labios y el hocico. 

Se distribuye ampliamente en toda América, desde el sur de Arizona y el centro sur de Texas hasta Argentina, y también de este a oeste desde Perú hasta todo Brasil. 

Gato zonto rescatado por el MARN. Foto: MARN. 

El gato zonto prefiere llanuras con clima templado y cálido llegando usualmente hasta los 2,000 metros de altura, y se encuentra sobre todo en bosques tropicales húmedos con agua, ya que puede nadar, pero también habitan climas más áridos, zonas urbanas y áreas de cultivo. 

Es territorial, diurno y buen trepador, alimentándose incluso de pequeños monos, pero sobre todo de roedores, reptiles y aves con un peso máximo de 1 kg. Viven cerca de 10 años y medio. 

Sus mayores amenazas son la antropización y destrucción de los hábitats, además de la caza de lugareños que defienden sus granjas avícolas. Sufren disminuciones importantes cuando cohabitan con otros depredadores como el ocelote. 

Es la especie de felino silvestre pequeño más registrada en El Salvador, arriba del ocelote y el tigrillo. Según un artículo publicado en la revista Minerva de la UES, se ha reportado en 12 de los 14 departamentos y avistado 78 veces entre 1925 y 2023. 

Las principales amenazas a los felinos

En El Salvador, la tenencia ilegal, los atropellamientos, la cacería, malas prácticas ganaderas contribuyen a la extinción de los felinos. 

“Recibimos varios casos por atropello, ataques humanos, cacería o por el simple hecho de hacerles o tenerles miedo”, ha señalado Dennys Valdéz, veterinario de vida silvestre del MARN.

Los felinos son especies que varían mucho en el peso, oscilando entre los 1.5 y 300 kilogramos. Algunas especies son parte de los mayores depredadores del planeta, como el león y el tigre, mientras que otros, como el gato, son de cuidado doméstico. 

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