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Crearán modelos 3D para comprobar cuánto hielo pierde por día uno de los glaciares más famosos del mundo

Un equipo de científicos instaló ocho cámaras en el Perito Moreno; cada 30 minutos dispararán fotos sobre su pared principal; los resultados se conocerán en dos años

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Un equipo de ingenieros de España, Colombia y Alemania, instaló ocho cámaras fotográficas en un promontorio de roca ubicado a 215 metros del frente principal del glaciar Perito Moreno para poder cuantificar el volumen de los desprendimientos diarios que ocurren en el frente principal. Para lograr ese objetivo, toman fotografías cada 30 minutos con las que construirán modelos en 3D que les permitirá correlacionar, mediante inteligencia artificial, los volúmenes desprendidos con las condiciones físicas y ambientales de uno de los glaciares más famosos del mundo.

“Nuestro objetivo es identificar el calving que se produce en el frente del glaciar Perito Moreno. A través de métodos fotogramétricos somos capaces de crear modelos en tres dimensiones en tiempo real, y a partir de esas imágenes podremos identificar los desprendimientos y calcular los volúmenes diarios de pérdida”, explicó a LA NACIÓN el doctor Xabier Blanch, profesor lector en la Universitat Politécnica de Catalunya, España.

Entre diciembre y enero pasados, el equipo que integran las doctoras Laura Durán Vergara y Anette Elter, investigadoras de la Universidad Técnica de Dresde, Alemania, y el guía de montaña Steffen Welsh, quien reside en El Calafate y es el asistente logístico del proyecto, instalaron los equipos debajo de las pasarelas que recorren a diario cientos de turistas.

El peñasco de roca sobre el que instalaron las cámaras parece cercano, pero está ubicado a más de 200 metros en línea recta con la pared principal, justo sobre el canal donde se unen las aguas del Brazo Rico y el Canal de los Témpanos. Todas las cámaras fotografían en forma simultánea una extensión de 300 metros de largo del glaciar. Lo harán de forma ininterrumpida por dos años. La iniciativa científica se propuso crear un sistema de monitoreo fotogramétrico de alta frecuencia en tiempo real, que les permitirá procesar los datos, calcular los volúmenes de desprendimiento y crear un inventario de los mismos.

Las cámaras fotográficas son alimentadas por paneles solares y se disparan de forma automática y de manera coordinada cada 30 minutos, durante las horas diurnas. Las imágenes, vía conexión telefónica se envían a los servidores que los científicos tienen en Alemania y, de ese modo, en tiempo real irán creando los modelos fotogramétricos en tres dimensiones que les permitirán calcular los volúmenes diarios de desprendimientos del glaciar.

La fotogrametría es la ciencia que permite obtener valores métricos de las imágenes. “Con una cámara somos capaces de hacer fotogrametría, pero solo en dos dimensiones. Cuando tenemos muchas imágenes en simultáneo, desde diferentes perspectivas, el resultado que nos permite obtener la fotogrametría es un modelo en tres dimensiones que está bien escalado y tiene coherencia métrica. Es decir que, una vez que se identifica un objeto en ese modelo, podemos calcular el volumen, la distancia, la profundidad, etc”, detalla Blanch Gorriz.

“Tenemos una hipótesis principal: creemos que la actividad que se produce en el frente, está correlacionada con parámetros ambientales y con parámetros físicos del glaciar, por ejemplo la velocidad de empuje del glaciar o la irradiancia solar. Entonces para confirmar esta hipótesis necesitamos calcular dos años de desprendimientos, ver cuánto material se ha desprendido del frente del glaciar y correlacionarlo con estos parámetros ambientales, tanto climáticos típicos y cómo físicos del glaciar”, detallaron los científicos a LA NACIÓN antes de regresar a Europa.

La elaboración de este proyecto que cuenta con el financiamiento de la Fundación Alemana para la Investigación (DFG) empezó con varios años de anticipación, una de las razones para elegir el Perito Moreno para investigarlo era la estabilidad que presentaba el glaciar en el área frente a las pasarelas. Sin embargo, en los últimos tres años se ha registrado un adelagazamiento que implica una regresión del frente del glaciar. “Aunque la estabilidad era un punto válido de partida, nos resulta interesante que tengamos la capacidad de poder capturar si finalmente esto se produce, (el retroceso del glaciar) es decir el alejamiento del frente, que lo podamos capturar con nuestros sistemas fotogramétricos”, detallan los científicos.

Los científicos explican que la mayoría de las modelizaciones que se realizan sobre glaciares, no se tiene en cuenta la correlación del calving frontal del glaciar respecto a la física del glaciar y el clima. Por ello, la correlación la harán aplicando Inteligencia Artificial, que les permitirá el análisis de un gran volumen de datos que interpretará la física del proceso y les permitirá arribar a conclusiones con respecto al comportamiento del glaciar, los desprendimientos, el clima y la física del cuerpo de agua.

“Las redes neuronales requieren muchos datos para realizar el entrenamiento del modelo. Por eso, la idea es estar dos años capturando las imágenes para tener toda esta base de datos muy potentes, ya que hablaríamos de miles de desprendimientos que son los que pondríamos dentro de la “neuronal” para alimentarla y obtener una correlación válida”, explicaron los científicos al terminar esta primera etapa de instalación y luego de dar una charla abierta en el auditorio del Glaciarium, el centro de interpretación que reúne toda la información científica en la materia.

Como funcionará de forma remota

En diciembre empezaron a instalarlo. En enero ya hicieron las primeras pruebas e imágenes: cada 30 minutos desde 8 cámaras, 2 imágenes por vez, genera 16 imágenes cada media hora, 32 imágenes por hora. Las cámaras están ajustadas a las horas solares, por lo cual en verano es cuando contarán con la ventana de mayor adquisición; en invierno, será menor. “Con la experiencia que tenemos aquí, en el último mes llevamos captadas más de 19.000 imágenes, eso nos permite sacar unos 1200 modelos 3D por mes, en la ventana de verano. Asumimos que en invierno será menor”, explicaron a LA NACIÓN.

La posibilidad de conectarse a distancia a diario con los equipos a partir del hardware y software que han desarrollado, les permitirá en condiciones de buena conectividad –lo cual no siempre se cumple en las pasarelas– vincularse a diario en forma remota con los equipos, hacer las tareas de mantenimiento. En caso de tener que hacer un trabajo en el lugar, cuentan con el soporte de Welsh que instaló los equipos junto a los científicos.

“En dos años terminamos el proyecto, pero nos gustaría venir en diez u once meses para hacer algunos ajustes y un mantenimiento general. Y, con toda la experiencia de este año ver si será necesario reubicar alguna cámara, cambiar alguna orientación, lo cual forma parte del proceso científico, integrando el campo con el trabajo en el gabinete”, ampliaron.

Para dentro de once meses creen que ya tendrán procesados unos 10.000 modelos 3D. Eso significa que ya habrán realizado unas 10.000 comparaciones. Esperan tener un número de desprendimientos y aunque quizás aún no tengan las conclusiones de la correlación que hay entre los desprendimientos, el clima y la física del glaciar, si tendrán un inventario amplio con los desprendimientos ocurridos, su volumen y su ubicación durante un año.

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