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El MINEC afirma que su publicación podría “menoscabar las relaciones diplomáticas e impedir la firma del acuerdo". Hizo la declaratoria previo a la primera ronda de negociación.
El Ministerio de Economía (MINEC) ha reservado por un plazo de siete años la información relacionada con el tratado de libre comercio (TLC) que está actualmente negociando con la República Popular China, según el índice de reservas que ha publicado en su portal la unidad de acceso a la información pública de esa secretaría de Estado.
La reserva ha sido solicitada por la Dirección de Administración de Tratados Comerciales (DATCO) del MINEC, que considera que durante estas negociaciones “se produce información como comunicaciones y documentos, que son de carácter confidencial por su naturaleza”.
El artículo aludido para poner en reserva esta información es el 19 literal C de la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP).
Este literal se refiere, en concreto, como causal de reserva a la información, “la que menoscabe las relaciones internacionales o la conducción de negociaciones diplomáticas del país”.
“La información en cuestión contiene datos sobre las negociaciones y los intereses comerciales de ambos países, por lo que su publicación podría menoscabar las relaciones diplomáticas que podrían impedir la firma del acuerdo comercial”, dice un fragmento del índice de reserva.
La información contenida en esta reserva incluye, en primer lugar, “las comunicaciones que se produzcan de forma electrónica en el marco del proceso de negociación emitidas por o dirigidas a la DATCO”.
También estarán reservados por siete años los documentos generados por la DATCO relacionados con las negociaciones comerciales con China.
La disposición considera, además, bajo esta disposición a la “información que sea compartida para el desarrollo y comentarios a la DATCO por parte de otras instituciones gubernamentales”.
Y, finalmente, a “toda la demás información derivada que esté a cargo de la DATCO”. Esta reserva está en vigencia desde el pasado 14 de agosto, y es del tipo “total”.
El coordinador del sector privado para las negociaciones comerciales internacionales de El Salvador, Rigoberto Monge, expresó que las negociaciones comerciales formales de cualquier país son “reservadas” debido a que no se pueden adelantar criterios o especificaciones muy particulares que tengan que ver con el desenvolvimiento de las mismas.
“Es una reserva natural que los gobiernos asumen cuando negocian un tratado comercial con otro país. Algunas veces lo que se hace público es acordado con la otra parte”, apuntó Monge. “Otra cosa son las opiniones que uno podría tener, que es distinto”, añadió.
“Todos los países del mundo ven en China un socio comercial importante”, consideró el economista.
La posible firma de un tratado de libre comercio entre El Salvador y China está sobre la mesa desde que ambos países abrieron relaciones diplomáticas en agosto de 2018.
Esta decisión implicó adherirse al principio de “una sola China”, por lo que el Ministerio de Relaciones Exteriores salvadoreño se comprometió a derogar “todos los tratados y acuerdos oficiales firmados con Taiwán”.
Una de las primeras medidas adoptadas fue denunciar el tratado de libre comercio que el país tenía vigente con Taiwán.
En febrero de 2019, la embajada de China en El Salvador no descartó una negociación de este tipo. Sin embargo, el TLC con Taiwán seguía en vigor debido a que había recursos en trámite ante el poder judicial. Fue hasta noviembre de 2022 que los alcances de este TLC cesaron, luego de que la Sala de lo Constitucional declarara sin lugar un amparo de los azucareros.
También fue en noviembre de 2022, cuando los gobiernos de El Salvador y China anunciaron la negociación de un TLC.
La primera ronda de negociación se celebró entre el 26 y el 28 de agosto pasado en Pekín, capital del país asiático, según informó el Ministerio de Comercio de China.
“Mantuvimos conversaciones sobre el objetivo general de las negociaciones, así como arreglos institucionales y otros aspectos más específicos relacionados con el comercio de bienes y servicios, la inversión, logrando resultados positivos", indicó la entidad en un comunicado.
El MINEC, por su parte, publicó un hilo en la red social X en el que citó algunas de las áreas que están bajo negociación: protección de la propiedad intelectual, acceso y distribución de productos salvadoreños en el mercado chino, facilitación del comercio, economía digital para la promoción del comercio electrónico, reconocimiento y apoyo a las pymes, cooperación para el fortalecimiento de las capacidades económicas, entre otras.
La ministra de economía, María Luis Hayem, mencionó en una entrevista radial el pasado 29 de agosto que “el tratado está avanzando rápidamente” y que el mismo “traerá beneficios importantes para nuestro país”, sin brindar más detalles.
LA PRENSA GRÁFICA envió una serie de consultas a gremiales como la Cámara Textil y de Confección, la Corporación de Exportadores y la Asociación de Industriales para saber si han tenido intercambios con el MINEC a partir del anuncio del TLC o si han sido informados sobre los resultados de esta primera ronda, pero al cierre de esta nota no habían respondido.
Sobre las oportunidades para El Salvador con este nuevo TLC, Monge comentó que una relación comercial amplia con esta potencia “sería beneficiosa para muchos sectores económicos” del país, no sólo para los exportadores sino también para los importadores netos de productos.
En 2018, El Salvador exportó $85.6 millones a China e importó $1,616.4 millones de ese país; en 2023, las exportaciones salvadoreñas fueron $11.3 millones y las importaciones $2,384.5 millones, según cifras oficiales.
Dos de las negociaciones más grandes y retadoras para El Salvador han sido el TLC con Estados Unidos (CAFTA, por sus siglas en inglés) y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE). La de CAFTA es, en opinión de Monge, la más “importante” y la de la Unión Europea la más “complicada” por la cantidad de países involucrados, sin restar mérito al resto de tratados que el país ha firmado.
En anteriores negociaciones comerciales, la oficina que encabeza Monge ha servido de enlace formal, pero no el único, entre el sector privado y el Ministerio de Economía. De momento, esta oficina no ha sido convocada a consultas en el proceso de negociación con China.
“Desde 1996 a la fecha hemos trabajado de esa forma y hasta ahora no hemos tenido dificultades mayores por una falta de participación o de algún error en la negociación”, recordó el especialista. “La experiencia que hemos tenido con el ministerio ha sido buena, estamos a la orden”.
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