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Habilidades y destrezas

Las tendencias y avances tecnológicos marcan la pauta productiva para empleados y empleadores, lo cual es inquietante dado que, en El Salvador, 4 de cada 10 jóvenes entre 14 y 19 años han dejado la escuela antes de terminar el bachillerato.

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El capítulo “Perfil Educativo y Competencias para Impulsar el Desarrollo en Centroamérica y República Dominicana” (Estado de la Región, 2024), brinda información útil para el ámbito académico, empresarial, estatal y social. El tema central es la educación y formación técnica profesional (EFTP), la cual está conformada por los programas educativos orientados a desarrollar habilidades y destrezas para el trabajo.

Veamos algunos de los principales hallazgos de dicho estudio: (1) la demanda de docentes en el nivel de educación y formación técnica profesional (EFTP) será la de mayor crecimiento en el mundo durante los próximos años; (2) en el 2022, cerca del 60 % de la población trabajadora en Centroamérica y República Dominicana tenía un bajo logro educativo (secundaria incompleta o menos); (3) entre el 72 % y el 90 % de los nuevos empleos creados en los últimos años (2018-2022), se concentran en cinco ramas económicas: construcción, manufactura, comercio, servicios y turismo; (4) las personas graduadas de EFTP tienen niveles menores de desempleo a los que únicamente finalizaron la educación secundaria; (5) las personas egresadas de EFTP tienen mayores posibilidades de obtener empleos más estables y en empresas de mayor tamaño; (6) el 52 % de las mujeres que han participado de la EFTP tenían un empleo en 2023, en el caso de quienes no han logrado acceder a este sistema baja al 34 %. 
La referida investigación académica destaca que el bajo nivel educativo de la población es una de las principales barreras que impiden impulsar el crecimiento económico y el desarrollo sostenible de Centroamérica y República Dominicana. Por un lado, dificulta que las personas puedan acceder a puestos de trabajo de buena calidad y remuneración y que numerosas personas realicen trabajos informales y precarios, lo que les impide mejorar sus ingresos. Por otro lado, no permite que la región sea capaz de integrarse al mundo moderno a partir de la creciente productividad de su recurso humano y limita las posibilidades de modernizar sus economías e incursionar en actividades de mayor valor agregado. 
En este contexto, para seis de cada diez personas en edad laboral, que cuentan con secundaria incompleta o menos, la alternativa de la EFTP puede permitirles acreditar los conocimientos adquiridos con su experiencia laboral y obtener nuevas competencias y habilidades para mejorar su inserción laboral y viabilizar la transición hacia emprendimientos productivos o niveles superiores de formación (universitaria). Consiguientemente, facilitar el acceso a la EFTP es esencial en vista de las habilidades que serán más demandadas en los próximos años (analíticas, pensamiento creativo, flexibilidad, aprendizaje continuo, literacidad tecnológica, atención al detalle, resiliencia, empatía, liderazgo y control de calidad). 
Las tendencias y avances tecnológicos marcan la pauta productiva para empleados y empleadores, lo cual es inquietante dado que, en El Salvador, 4 de cada 10 jóvenes entre 14 y 19 años han dejado la escuela antes de terminar el bachillerato; y, por otra parte, la posibilidad de un empleo digno es una realidad para menos del 25 % de la población económicamente activa. 
Por otra parte y asumiendo que las áreas económicas estratégicas de El Salvador son: servicios (financieros, tecnológicos, TIC, centros de llamadas y exportación de servicios profesionales), turismo, industria manufacturera (textiles y confección, productos electrónicos, plásticos, muebles y alimentos procesados), energía renovable y transformación digital, la pregunta clave es ¿cómo se les asegura a estudiantes y empleadores la pertinencia y calidad de las habilidades adquiridas en los programas de EFTP y en los roles de trabajo con mayor potencial de crecimiento?
Reflexión: ante semejante reto público-privado, conviene actuar en pro de las habilidades y competencias de jóvenes, trabajadores y emprendedores salvadoreños ¿Cómo? (a) Incrementando las instituciones educativas que ofrecen el bachillerato técnico, (b) fortaleciendo el modelo MEGATEC e ITCA, (c) mejorando la oferta tecnológica a nivel de la educación superior, (d) desarrollando el Instituto de Capacitación y Formación (INCAF), (e) especializando los Centros de Formación Profesional. 
 

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