Quizá nos estamos acostumbrando a escuchar que El Salvador es un país de primer mundo, pero no lo es. Sin embargo, para salir adelante, la única solución es que todos nos unamos y que reactivemos los rubros más golpeados. Parece quizá una utopía, pero si nos uniéramos todo cambiaría. No somos un país que tenga recursos naturales; lo que tenemos es gente laboriosa. Debe de haber políticas públicas que sean aplicables para el bien de todos. Por ejemplo, copiar los modelos económicos de otros países que han tenido éxito.
Para que todo marche bien el Gobierno debe de tomar al país como si fuese una empresa. Debe de saber aplicar en cada ministerio, autónomas, alcaldías, etc., un proceso administrativo que sea realista y que pueda ver resultados óptimos. No es fácil administrar un país cuando se heredan muchos problemas. Debe de aplicar una reingeniería para sanar los errores y ejecutar los planes estratégicos, priorizando la educación y salud. La clave es planificar, invertir más en salud, educación y tener muchas plazas laborales. Las expectativas para que avancemos está anclada en las decisiones que tome el presidente salvadoreño. Cada ciudadano analiza si vamos por el rumbo correcto o equivocado. 
Se debe copiar lo que hicieron otros países para salir adelante. Por ejemplo, Finlandia, era un país con problemas económicos; sin embargo, en 1994 hicieron un pacto de Estado y se integraron a la Unión Europea. Actualmente, tienen crecimiento sostenible, una economía diversificada, bienestar social y calidad de vida. En otras palabras, es el país más feliz del mundo. Además, es un país altamente industrializado.
Finlandia salió adelante gracias a su sistema educativo, a su economía y a sus políticas medioambientales. Pero no solo es el aspecto de invertir en educación: los políticos, no importando su ideología, se pusieron de acuerdo para que las condiciones de ese país cambiasen. Le apostaron a la educación. Si Centroamérica estuviese unida como un bloque, otro gallo nos cantaría. 
Se debe invertir más en el capital humano. La educación, tal como se mencionó, es la solución. Se debe de capacitar desde pequeños, desde parvularia, a los futuros líderes, pensar más en tecnificación y enseñar habilidades blandas. Tiene que haber educación de calidad para poder salir adelante y becar a más universitarios. 
Hacer una reingeniería y desarrollar la infraestructura. Es acá en donde debe de haber reformas regulatorias y más inversión extranjera de todos los campos. Eso sí, para ello se debe tener tecnificación. Apostarles a carreras universitarias en el ámbito tecnológico. 
Es importante el apoyo a las industrias y emprendimientos locales. Es transcendental que seamos autosostenibles. Se debe dinamizar el sector agropecuario. Recordemos que la economía salvadoreña está anclada, en parte, en la agricultura. 
Es necesario minimizar la deuda pública. Se observa que la pequeña empresa está repuntando luego de que se tiene seguridad. Entre más empresas existan, específicamente pequeños negocios, se obtiene más inversión. El Salvador exporta textiles, es importante que haya más empresas en el rubro textil. 
Un aspecto importante que le está ayudando a la economía salvadoreña es el repunte del turismo. Eso genera muchas divisas y es un rubro que ha hecho que muchos países salgan adelante. El turismo es un polo de desarrollo.
Con respecto a las remesas, que es una piedra angular en donde se sustenta gran parte de la economía de muchos salvadoreños, es preciso que se incentive a la diáspora a que inviertan en turismo, en industrias y haya más emprendimientos.
El presidente Bukele recibió a un país endeudado y con pobreza. Para que todo marche bien, es necesario que tenga a un equipo multidisciplinario  y capaz para poder cambiar el rumbo del país. Debe de haber una clase política responsable y comprometida en cambiar el rumbo del país.  Indicadores óptimos con respecto al crecimiento económico. Además, se debe eliminar la corrupción y tener una política de austeridad.