El 19 de marzo, la Iglesia Universal celebra la fiesta de san José, esposo de María y padre putativo de Jesús, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
En el Evangelio de San Mateo se narra parte del drama que José tuvo que sufrir cuando se enteró de que María estaba embarazada. Iba a repudiarla en secreto, porque era justo y no quería infamarla.
Entonces, el ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo salvaría al pueblo de sus pecados. Por lo que José obedeció y aceptó a María.
Herodes el Grande ordenó matar a todos los niños menores de dos años de Belén y de toda la comarca. José tomó al Niño Jesús y a su Madre y huyó a Egipto.
Al morir Herodes, José tomó nuevamente al Niño y a su Madre y regresó a la tierra de Israel.
Pero al enterarse de que Arquelao, hijo de Herodes el Grande, reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la región de Galilea, a Nazaret. Nazaret había sido el lugar de residencia de María, ya desposada con José, cuando ocurrió la Anunciación.
En Belén desarrollaron una vida de familia, Jesús, María y José, durante poco tiempo, porque luego se trasladaron a Nazaret, donde permanecerían bastante tiempo, hasta que Jesús empezó su vida pública.
La vida de la Sagrada Familia era como la de todos los habitantes de esa ciudad. María desarrollaba todo lo relacionado con el hogar; José trabajaba en su taller de carpintero y realizaba otros trabajos para las personas del pueblo, que acudían a él para requerir su ayuda. Además, él resolvía problemas domésticos, como reparar un techo o la rueda de una carreta. Así transcurrió la vida de san José, acompañado de María y Jesús, hasta que le llegó la muerte, rodeado de sus seres más queridos, Jesús y María.
La última vez que san José aparece nombrado en el Evangelio es cuando Jesús tenía 12 años, en el relato de su pérdida y encuentro en el templo.
A partir de allí, sólo se le menciona cuando se hace referencia a Jesús como su hijo.
José, en su transcripción al español, es un nombre masculino de origen hebreo que significa "añadirán". La explicación del significado de este nombre se encuentra en el libro del Génesis, al describir el nacimiento de José, el hijo preferido del patriarca Jacob:
"Entonces se acordó Dios de Raquel, la oyó y abrió su seno, y ella concibió y dio a luz a su hijo. Y dijo: ‘Ha quitado Dios mi afrenta’, y le llamó José, como diciendo: ‘Añade otro hijo’."
El hecho de que José de Nazaret sea mencionado como padre putativo de Jesús da lugar a una etimología popular del diminutivo de este nombre, Pepe. Lo más probable es que provenga de Jusepe, forma antigua en otras lenguas romances.
Para nosotros, el Santo Patriarca José es nuestro protector y maestro de vida interior en medio de su familia y de todos los trabajos que supo desempeñar.