
Los niveles de asistencia escolar caen más de 50 puntos a lo largo de la juventud adolescente. Esta pérdida se presenta de forma similar en mujeres y hombres.
La publicación “La inclusión socioeconómica de la población joven” (UNFPA, 2024) plantea que, de acuerdo con la reforma a la Ley General de Juventud de 2022, una persona joven es aquella que tiene de 15 a 35 años. Según este parámetro legal, la población joven alcanzará su mayor tamaño en la historia de El Salvador en 2025: 2.42 millones de personas. Luego, su tamaño descenderá progresivamente, pero se estima que uno de cada tres personas seguirá siendo joven en el país en las próximas décadas.
Esa misma publicación indica que, en 2025, el 50.9 % de la población joven serán hombres y el 49.1 % mujeres. San Salvador será el departamento con el mayor volumen de habitantes jóvenes al alcanzar más de medio millón de personas jóvenes (581,241). Sin embargo, no será el departamento con la mayor relevancia demográfica de la población joven. En 2024, 2 de los 14 departamentos tendrán la estructura más joven del país: Cabañas y Morazán (más del 40 % de su población tendrán entre 15 y 35 años).
Al menos 6 de cada 10 personas jóvenes viven en asentamientos urbanos. En 3 de los 14 departamentos, la urbanización de la juventud excede el umbral del 60 %: San Salvador, La Libertad y Santa Ana. No obstante, el proceso de urbanización de la población joven es menor al reportado por la población total (61.7 %). Por otra parte, al menos 1 de cada 2 personas migrantes son jóvenes. A su vez, el 56.4 % del total de personas retornadas son jóvenes y el 57.3 % de la población retornada joven son hombres.
Con respecto al ámbito educativo, en 2022, del total de la población estudiantil joven, más del 50 % es mujer y más del 70 % es urbana. Un aspecto destacado es que se han elevado los niveles de asistencia escolar en las diferentes edades escolares en comparación a 2000. No obstante, aún persisten las barreras de acceso al inicio de la vida escolar en la primera infancia y al final de la vida escolar en la juventud adolescente. Al llegar a la edad de cursar los primeros años de la educación primaria, se han alcanzado niveles de cobertura superiores al 95 %. Sin embargo, estos caen desde al comenzar la educación secundaria (13 años).
Esta pérdida de asistencia escolar se profundiza en el transcurso de la juventud adolescente. Veamos unos datos. El 93.3 % de las personas de 13 años asistía a la escuela; en las personas de 15 años, el 89.1 % y en las de 19 años, solo el 34.5 %. Por ende, los niveles de asistencia escolar caen más de 50 puntos a lo largo de la juventud adolescente. Esta pérdida se presenta de forma similar en mujeres y hombres.
Los números son contundentes. El 29.5 % del total de población joven en edad escolar formal de 15-18 años no asiste a la escuela. En 2022, 640 mil jóvenes de 19-35 años con educación media completa no han cursado ningún grado de educación superior, es decir, no han logrado acceder al último tramo de la educación formal. Otra cifra impactante es que al menos 2 de cada 3 personas sin empleo son jóvenes.
También impresiona el hecho de que las personas jóvenes de 15-35 años dedican en promedio 19.17 horas por semana a la realización de distintas tareas de cuidado del hogar que no son remuneradas; y en promedio, las mujeres jóvenes dedican al cuidado el triple de horas que los hombres a la semana.
Reflexión: las estadísticas presentadas por el UNFPA son retadoras y generan dos preguntas clave ¿Qué hacer para que un alto porcentaje de jóvenes salvadoreños se integren a la economía del conocimiento (inteligencia artificial, digitalización, automatización y más)? ¿Existe otra vía -que no sea la educación, la salud y el empleo- para elevar el índice de desarrollo humano de los 14 departamentos del país?
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