El Salvador ofrece una ventana fascinante a la gastronomía exótica a través de algunos platillos que se preparan en diferentes zonas del país. Este tipo de cocina invita a los aventureros culinarios a explorar sabores nuevos y emocionantes. Aunque algunos de estos platillos se preparan con animales de granja, es importante conocer qué dice la ley sobre el consumo de algunas especies, aquí te lo contamos
El Salvador es conocido por sus playas, volcanes y rica historia cultural, pero, como muchos países del mundo, también cuenta con una gastronomía que ofrece una experiencia única y fuera de lo común.
Por muy raros que parezcan, los platillos exóticos son un manjar en el paladar de muchas personas, siendo la razón principal por la que, hasta la fecha, permanecen en la cotidianidad de algunas cocinas, principalmente en el interior del país.
Entre los platillos que destacan por su exotismo se encuentran las ranas, tacuazines, garrobos y hasta serpientes. Estos animales se han convertido en delicias culinarias que suelen preparase por los salvadoreños e incluso hay personas que optan por realizar su propia cacería, sin embargo, esta acción está prohibida en algunas de dichas especies, según la Ley de Conservación de la Vida Silvestre.
En sopas, guisos, asados y empanizados son algunas de las formas en que suelen cocinarse. A continuación, te presentamos un listado de las comidas más extrañas que se preparan en el país.
Los tacuazines o zarigüeyas se consumen principalmente en el occidente de El Salvador. De acuerdo con Marisol Ramírez, propietaria de un comedor en Chalchuapa, Santa Ana, estos pueden prepararse guisados o asados a la plancha o carbón.
Asegura que se vende más asado porque a los comensales les gusta acompañarlo con arroz y ensalada.
Los tacuazines son una especie de marsupiales que están emparentados con los koalas y canguros, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Son animales omnívoros, por lo que aprovechan todo tipo de alimentos para nutrirse como frutas, granos, insectos, pequeños animales vertebrados, hasta desperdicios de comida para humanos.
Según una ficha técnica del MARN, son especies nocturnas que presentan interacción con el ser humano en zonas urbanas del país, no son animales agresivos y tienen la capacidad de fingir su muerte cuando se ven amenazados para pasar desapercibidos.
Otro de los platillos exóticos que se sirve en algunas mesas salvadoreñas son los frijoles con carne de culebra.
Siempre en Chalchuapa, Santa Ana, pero esta vez en el cantón El Paste, la señora Sonia Contreras muy a menudo prepara este platillo que para muchos podría ser algo extremo, pero en su comunidad el consumo de esta carne ya se ha vuelto algo normal.
“Se lavan bien y luego se curten en sal, una libra de sal. Así las deja unos dos días y ya después se tiran en las brasas”, explicó Sonia.
Las personas tienen dos opciones para degustarla: puede ser la carne en trozos o molida como una especie de polvo. De estas dos maneras suele acompañarse con frijoles sancochados.
En cuanto a su sabor, quienes las han comido aseguran que sabe a pescado seco.
Otra de las peculiaridades de este platillo es que se cree que tiene propiedades curativas, aunque esto no tiene respaldo científico.
Pobladores de la zona aseguran que comer carne de cascabel sirve para personas que padecen cáncer y úlceras.
“Yo tenía una cuñada que estuvo enferma en el hospital, luego mi esposo le consiguió un su pedacito de culebra y sanó”, contó Leticia Urrutia, habitante de dicho poblado.
Según el sitio BiologyInsight, la serpiente de cascabel es un reptil venenoso perteneciente al género Crotalus, conocido por el distintivo sonido de su cascabel, que se encuentra en la punta de su cola. Este sonido es una advertencia para depredadores y seres humanos, indicándoles que se mantengan alejados.
En Juayúa, Sonsonate, se encuentra el restaurante Ranitas donde, como parte de su menú, ofrecen ranas de granja asadas, al ajillo y empanizadas.
En sus tres presentaciones, el plato va acompañado de arroz y vegetales salteados en los que se incluye elote, zanahoria en juliana, brócoli y papa.
Mientras unos comensales aseguran que sabe a pollo, otros dicen que parece pescado frito, en lo que coinciden es que este peculiar alimento llama la atención de turistas nacionales y extranjeros que visitan el restaurante.
“Este plato lo tenemos disponible por temporadas, ya que las ranas son traídas de una granja que se dedica especialmente a criar este tipo de animales para consumo, nosotros no las cazamos”, explicó uno de los meseros del restaurante.
El plato, en sus tres variedades, tiene un precio de $10.
Además de ranas, el lugar también ofrece platos a base carne de conejo, pelibuey y cabra.
Las ranas de granja son aquellas que se crían en ambientes controlados para diferentes propósitos como la alimentación, la investigación científica, la educación, o incluso para la venta como mascotas exóticas.
Otra de las comidas exóticas salvadoreñas es el garrobo, carne que da origen a diferentes preparaciones. Uno de los lugares donde se vende es el restaurante “Mamá Rosa”, ubicado en Santa Tecla, La Libertad.
Ahí, el plato que caracteriza al lugar es la sopa de garrobo, sin embargo, este también se ofrece frito y encebollado.
En el caso de aquellos que lo prefieren frito o encebollado, el restaurante ofrece la opción de acompañarlo con arroz, aguacate y vegetales.
Al igual que en otros lugares que suelen ofrecer este platillo, en restaurante “Mamá Rosa” utilizan garrobos de granja para poder preparar los alimentos, es decir, no son animales sacados de su hábitat natural.
“El restaurante fue fundado hace más de 55 años y su especialidad eran los garrobos y cusucos”, explican las meseras.
Por su parte, en el oriente de El Salvador, una de las clásicas costumbres es comer garrobo en alguashte con un toque de cebolla, especias y cilantro. Asimismo, suele servirse entomatado y frito.
Los garrobos, también conocidos como iguanas negras, son reptiles de la familia Iguanidae. Su nombre científico es Ctenosaura similis, y son nativos de regiones cálidas de Centroamérica y México. A menudo, se les confunde con las iguanas verdes, pero los garrobos se distinguen por su coloración más oscura y su cuerpo más robusto.
Estos animales pueden llegar a medir más de un metro de longitud, incluyendo la cola, y son conocidos por su capacidad para correr rápidamente y trepar árboles con agilidad. Son mayormente herbívoros, alimentándose de hojas, frutas y flores, aunque también pueden consumir insectos y pequeños animales en ocasiones.
Al igual que los garrobos, los platillos elaborados con cusuco se encuentran principalmente en el oriente de El Salvador, donde muchos lugareños han incorporado este exuberante alimento como parte de su dieta cotidiana.
En muchos hogares, esta comida se prepara en salsa de tomate, misma de la que también puede salir un caldo.
Los cusucos son animales conocidos en otros lugares como armadillos. Son mamíferos que pertenecen a la familia Dasypodidae y se caracterizan por tener un caparazón duro y articulado que les protege de depredadores, según instituciones ambientalistas.
Estos animales son principalmente nocturnos y tienen un excelente sentido del olfato, lo que les ayuda a encontrar su alimento, que suele consistir en insectos, larvas y otros pequeños invertebrados. Algunos también pueden consumir plantas.
En algunos países, como en Honduras y El Salvador, el término "cusuco" se utiliza para referirse al armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus), una de las especies más comunes y conocidas.
La caza y consumo de animales silvestres en El Salvador está regulada por la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, así como en el Código Penal. Aunque no mencionan específicamente los animales cuya caza está prohibida, sí especifican que las personas que sean capturadas en posesión de animales amenazados o en peligro de extinción podrían ser sancionados con hasta diez salarios mínimos y hasta cinco años de cárcel.
En el caso de la casería deportiva, según el acuerdo Ejecutivo N° 98 emitido en 2020, las especies aprovechables, es decir, de caza permitida, son las siguientes:
Sobre aquellos que son más comunes para el consumo humano, la referida ley no hace una mención en específico. Lo que sí advierte es que está estrictamente prohibida la caza de aquellas especies amenazadas.
De esta forma, al consultar el listado oficial de especies de vida silvestre amenazadas o en peligro de extinción, establecido en el acuerdo N° 74 del MARN, de aquellos que suelen utilizarse para el consumo humano, se encuentran los garrobos, ranas, víbora de cascabel y tacuazines. Es decir, son animales en peligro y no deben ser cazados ni consumidos.
Por tal razón, en algunos de los restaurantes y comedores que se dedican a la venta de platillos exóticos, y que fueron consultados por este periódico, utilizan animales de granja.
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