La "contratación silenciosa" (quiet hiring en inglés) emerge como una tendencia laboral en auge, especialmente en un contexto económico desafiante y un mercado laboral en constante evolución. Se define como la adquisición de nuevas habilidades y capacidades dentro de una empresa sin necesidad de contratar nuevo personal a tiempo completo. Esto se logra reasignando tareas, promoviendo la movilidad interna o utilizando consultores externos para proyectos específicos.
Si bien puede parecer una solución eficiente para las empresas, su impacto en los colaboradores, especialmente en un entorno como el de El Salvador en 2025, merece un análisis profundo. En El Salvador, el mercado laboral se caracteriza por una alta tasa de informalidad y una búsqueda constante de oportunidades que ofrezcan estabilidad y mejores condiciones. En este contexto, la contratación silenciosa puede presentar tanto oportunidades como desafíos para los trabajadores.
Puede estimular el desarrollo profesional y la adquisición de nuevas habilidades, mediante la expansión de sus habilidades y conocimientos al asumir nuevas responsabilidades. También puede generar un mayor compromiso y motivación, desafiando a los colaboradores con nuevas tareas y proyectos, valorándolos y brindándoles la oportunidad de crecer dentro de la empresa. Esto reduce la rotación de personal. Adicionalmente, la contratación silenciosa puede servir como un reconocimiento al talento interno. Al asignar otras responsabilidades, se fortalece la autoestima.
También hay debilidades en la contratación silenciosa, tales como la sobrecarga de trabajo y el estrés, así como la falta de reconocimiento y compensación adecuada. Sin un sistema claro de reconocimiento y compensación, los colaboradores pueden sentir que se están aprovechando de ellos. Esto puede generar resentimiento, desmotivación y una disminución en la moral del equipo. En El Salvador, donde el salario a menudo es un factor determinante en la elección de un empleo, la falta de una compensación justa puede ser un gran desincentivo.
Otro riesgo es un ambiente laboral tóxico. Si falta transparencia en la gestión de la contratación silenciosa, puede generarse un entorno donde los empleados compitan entre sí por nuevas responsabilidades en lugar de colaborar. Esto puede afectar negativamente el clima organizacional y la productividad general.
Asimismo, existe el riesgo de estancamiento profesional a largo plazo. Cuando la contratación silenciosa se convierte en una práctica habitual para evitar nuevas contrataciones, los colaboradores pueden verse estancados en sus puestos actuales, sin oportunidades reales de ascenso o desarrollo a largo plazo.
Para 2025, se espera que el mercado laboral salvadoreño continúe evolucionando, con una mayor demanda de habilidades digitales y tecnológicas, así como una creciente competencia por el talento. En este contexto, la contratación silenciosa podría convertirse en una práctica más común.
Sin embargo, para que sea efectiva y no tenga un impacto negativo en los colaboradores, las empresas deben:
• Ser transparentes, comunicando claramente a los colaboradores las razones de la reasignación de tareas y las expectativas.
• Ofrecer compensación adecuada, reconociendo el valor del trabajo adicional con una compensación justa, ya sea salarial o en forma de beneficios.
• Brindar oportunidades de desarrollo, ofreciendo capacitación y formación continua para que los colaboradores adquieran las nuevas habilidades necesarias.
• Evaluar la carga laboral, revisando la carga de trabajo de los colaboradores para evitar la sobrecarga y el agotamiento.
En síntesis, la contratación silenciosa puede ser una herramienta útil para las empresas en El Salvador en 2025, siempre y cuando se implemente de manera responsable y ética, priorizando el bienestar y el desarrollo de los colaboradores. Lo ideal es que la contratación silenciosa ayude a fortalecer el clima laboral, elevar la productividad y mejorar la retención del talento.